Lionel Moreno Guerrero | El Nuevo Siglo
Viernes, 15 de Enero de 2016

Bogotá y Westminster

“Un británico en el trópico

 

 LA propaganda apoyando las negociaciones con las Farc es enorme (¿sabremos algún día su costo?) e, indudablemente, exitosa, tanto nacionalmente como en el exterior. Su principio básico es elemental: quienes quieren la paz deben aprobar las negociaciones y lo que en ellas se convenga, quienes critiquen los acuerdos son guerreristas enemigos de la concordia. Sin esperar a que se hayan pactado puntos esenciales, son muchos los que han saltado a apoyar al Gobierno desde el exterior, por ejemplo, Obama y Ban Ki Moon. Llaman la atención las declaraciones del señor Jonathan Powell, asesor británico en La Habana de nuestro gobierno de que este acuerdo “va a ser el precedente para otros procesos de paz en el resto del mundo sobre cómo balancear paz y justicia”.

Antes que todo el señor Powell parece no caer en cuenta de que aún no hay tal acuerdo. Falta, nada menos, que convenir como se designarán los jueces del Tribunal para la Paz, como será el cese bilateral del fuego, las zonas de concentración de los guerrilleros, la refrendación de los acuerdos (las Farc rechazan un plebiscito), la verificación de lo pactado, la explotación minera, las llamadas “circunscripciones transitorias” (las curules para los guerrilleros), las reformas al sistema electoral, la sustitución de cultivos ilícitos, la reparación de las víctimas por esa guerrilla (dicen que no tienen plata y el Mindefensa que entonces será el gobierno el que la ponga), etc. ¿Y qué hay de aquello de que "Nada está acordado hasta que todo esté acordado"?  Aún falta mucho para poder emitir un juicio definitivo sobre este acuerdoMás bien vale anotar las críticas que de entidades tan serias como Human Rights Watch a lo hasta ahora en principio convenido y que ponen en entredicho este “precedente”.

Pero más extrañan estas afirmaciones proviniendo de quien participó en las tratativas con el Ejército Revolucionario Irlandés (Ira en su sigla inglesa). En Gran Bretaña no se convino que el IRA tuviera un solo miembro del parlamento por derecho propio. Hubiera sido un escándalo. Si bien Gerry Adams era del IRA y parlamentario, obtuvo su curul en una votación popular, como aquí es congresista Iván Cepeda. En GB no hubo jueces diferentes a los ordinarios y menos jueces extranjeros para la circunstancia, ni jueces nombrados por las partes o sea que el IRA no tuvo que ver en la escogencia de ninguno de ellos. Al preguntarse al señor Powell sobre participación de jueces extranjeros, respondió, tratando de confundir, que en el proceso del IRA habían intervenido extranjeros, pero no aclaró que intervinieron (como el senador estadounidense George Mitchell), no como jueces, sino en las negociaciones, como él participa en Cuba. ¿Por qué en el Congreso colombiano sí y no en Westminster?