LORENA RUBIANO FAJARDO | El Nuevo Siglo
Domingo, 11 de Noviembre de 2012

LORENA RUBIANO FAJARDO

Epígrafe

“Cuando China despierte… el mundo temblará”

Alan Peyrefitte (1977)

 

China nos aplastará

 

No  hay que ser experto en comercio internacional, ni en economía mundial, para darse cuenta de que un gran tsunami se nos viene encima. Pasadas las elecciones en EE.UU., se tiene que destapar la realidad económica del Tío Sam, y veremos si el abuelo está bien de salud financiera.

Mientras tanto el gigante chino, silencioso, sin intervencionismo, sin aspavientos, poco a poco está copando el comercio internacional.

La China cambió radicalmente. Ahora es la gran potencia que mira intereses e inversiones en otras partes del mundo, por ejemplo, quieren unir por nuestro territorio el mar Pacifico con el Atlántico por ferrocarril, va a construir un nuevo canal interoceánico por Nicaragua, está conquistando el espacio, domina el mercado y  produce de todo.

Colombia no es la excepción a esa apertura, todos los días  en nuestras calles del centro de Bogotá, en nuestros barrios y en los centros comerciales, hay  más y más chinos y más mercancías a precios que son exageradamente bajos.

Cómo es posible que lleguen atuendos a tres mil, relojes a $ 5.000, tres camisetas por $ 10.000, vestidos a $ 20.000, adornos a $ 1.000 pesos, de todo a precio de huevo, como se dice en el argot popular.

Nos estamos llenando de almacenes de ropa, de cachivaches, de zapatos, eso es bueno porque la gente puede adquirir a precios increíblemente baratos, pero  ¿hasta dónde va a  llegar esa ofensiva comercial y qué tanto van a resistir nuestros empresarios? ¿Qué dice Fenalco? ¿Qué dice el Ministro de Industria y Comercio?

Recientemente los gobiernos de Colombia y China firmaron nueve acuerdos de cooperación, entre ellos la negociación de  un Tratado de Libre Comercio (TLC) el de cooperación agrícola y un protocolo fitosanitario para la exportación a China de pollo, res y vegetales, el proyecto del Oleoducto del Pacífico, varios proyectos en el río Magdalena y un convenio sobre bienes culturales y patrimoniales, de manera que estamos abriéndole las puertas a un nuevo socio, que debe manejarse con mesura y cuidado sumo, para que sea beneficioso y no perjudicial  para el país. ¿Qué pasara el día que compren grandes extensiones de tierras o un departamento completo, será que  podríamos sacarlos  dado el caso de interés nacional?

Debemos saber aprovechar las ventajas que China ofrece, por ser la segunda economía  del mundo y sobre todo para venderles nuestros enormes potenciales turísticos, a los ya millones de viajeros del gigante asiático.