LORENA RUBIANO FAJARDO | El Nuevo Siglo
Domingo, 13 de Enero de 2013

El 2013: fe y optimismo

 

Epígrafe

“En los negocios prácticos de la vida, no es la fe la que salva, sino la desconfianza”.

Napoleón

 

Cuanto deseamos los colombianos que este año sea mucho mejor que el anterior y en nuestras plegarias pedimos que el Altísimo nos ilumine y especialmente a nuestros gobernantes para superar las dificultades que se avecinan.

Primero que todo debemos seguir en la lucha, sin desfallecer en la ardua tarea de proteger nuestro planeta Tierra y ser cada día más y más intensos en la educación de la nuevas generaciones en materia de desarrollo sostenible, para que nuestros descendientes puedan recibir un territorio más o menos habitable.

Deseamos el mejor de los éxitos al presidente Santos para que en lo que le resta  de período, sin mirar el tema de la reelección, saque adelante el proceso de paz con las Farc e inicie el otro con el Eln y que pueda poner en marcha reformas urgentísimas indispensables e inaplazable como la que necesita la Justicia, a la educación y ponga a andar las locomotoras de la minería y la infraestructura para enfrentar los retos de los TLC.

Cuanto sea necesario, vamos a pedir también, para que se abra el corazón de los banqueros y sepan algún día cuanto es suficiente y cuando deben parar su insaciable avaricia para acumular y acumular capitales a costa del sufrido pueblo colombiano.

Cuánto nos gustaría que no sigamos feriando nuestro territorio patrio dándoles a las multinacionales la explotación indiscriminada e incontrolable como la de Cerromatoso, el carbón del Cesar y Campo Rubiales en donde, además de las licencias, se les da el manejo autónomo de los territorios por donde solo pueden transitar ellos y nadie más. Y a eso le agregamos que nos pagan las participaciones como ellos quieran, por la forma ilícita en que  los contratos fueron suscritos y que son  altamente lesivos para la nación colombiana.

Debemos prepararnos porque según analistas internacionales  la crisis mundial se agravará en el 2013, y de que una gran guerra está latente  y  dada nuestra dependencia de los Estados Unidos, preocupa una desaceleración de la economía en nivel local.

Finalmente, quiero dejarle una frase del negociador de paz por el gobierno Humberto de la Calle Lombana: “La paz no será a cualquier precio, sino una paz dentro de la Constitución y la ley, en donde están consagrados los derechos y los deberes de los colombianos”.

lorenarubianof@gmail.com