Luis Carlos Peña Mosquera | El Nuevo Siglo
Lunes, 25 de Abril de 2016
Fiesta vallenata
 
Se acerca la celebración del Festival vallenato en la ciudad de Valledupar, en la cual se le rendirá un homenaje a los Hermanos Zuleta, por su gran tarea en divulgar el folclor vallenato durante más de cincuenta años.
 
Para nosotros los bogotanos, o cachacos, como nos denominan los costeños, es innegable que las canciones vallenatas alegran nuestro espíritu, y nos llevan a ser grandes contadores de historias de nuestro tiempo, así como lo hizo Escalona al componer “La casa en el aire” en honor a su bella hija para que no la molestara nadie. 
 
Por ello es necesario que antes de viajar a Valledupar para participar de este maravilloso festival entendamos un poco los orígenes y rasgos  de estas historias cantadas, para entender que el vallenato es producto de una evolución musical regional, en la que confluyen  elementos de expresión  popular como cantos de vaquería, décimas españolas, poesía campesina y celebraciones negroides. Así lo afirma  en su trabajo de investigación Marco Antonio De León Espitia, en su obra “El vallenato, origen y evolución”.
 
El canto de la vaquería presenta grandes modalidades populares, una de ellas construida en forma de redondillas:
 
Una pena y otra pena
Son penas para mí
Ayer lloraba por verla
Hoy lloro por que la vi
(Paseo de Tobías E. Pumarejo)
 
Hay consenso en los escenarios académicos del folclore sobre la influencia de la décima española en el desarrollo del patrimonio musical.
 
En el vallenato clásico, referido al manejo de la voz, se encuentran falencias en afinación, control, medida y color. Las tesituras de los cantantes comienzan a mostrar cambios en momentos en que la guitarra y los músicos de trio fusionan el género y logran una forma más depurada y académica en su interpretación, acompañando las voces, que se empiezan a generar de manera paralela, trasladando el típico acorde triádico de los boleros a la canción vallenata.
 
Guillermo de Jesús Buitrago, conocido como el Jilguero de la Sierra Nevada, fue el primero en grabar música de la provincia en guitarra, interpretando el merengue “Las mujeres a mí no me quieren”. También Abel Antonio Villa con su célebre paseo “La muerte de Abel Antonio” dieron inicio a la socialización de un género musical sin fronteras.
 
En la categoría romántica lírica del vallenato moderno prima la metáfora, la hipérbole, sinecdoque y la comparación como figuras predilectas de la expresión; su más notorio cultor Fernando Meneses. Ejemplo de ello esta figura literaria usada en su construcción:
 
Y mi amor lo amarre a la cometa
Que vuela con la furia del viento
En el cielo de la intimidad.
 
“La casa en el aire”, del maestro Rafael Escalona, explica lo que es una construcción de una frase musical, por la unión de dos o más motivos, y la conclusión se indica generalmente con una cadencia, que comparándose con el lenguaje hablado  que señalan podría calificarse como los acentos que señalan los signos de la puntuación.
 
Por ello a este festival vallenato debemos ir con alegría y emoción patriótica, a festejar con  los hermanos Zuleta.