Maduro, ¡asesino! | El Nuevo Siglo
Miércoles, 24 de Enero de 2018

Maduro ¡asesino! es el clamor del pueblo en las calles de Venezuela. El vil asesinato de Oscar Pérez ha enardecido al pueblo hambriento, desesperado, acorralado, que, con la muerte de Pérez, ve desvanecer la esperanza de liberarse de Nicolás Maduro.

Oscar Pérez captó rápidamente, y con razón, la imaginación y el cariño del pueblo venezolano por sus decididas acciones y sus claros propósitos.

El pueblo vio en este carismático joven a un hombre capaz de jugársela toda por recuperar la libertad, el orden y la justicia en Venezuela. Fue un héroe desde junio de 2017, cuando secuestró un helicóptero militar en Caracas durante las masivas protestas contra Maduro, lanzó 2 granadas y disparó contra la sede del Tribunal Supremo de Justicia, causando pánico entre los esbirros del régimen reunidos allí.

Desde ese día, Pérez no paró de expresar sus propósitos a través de las redes sociales. Pretendía defender a los opositores del régimen, a los que permanecían día y noche en las calles, arriesgando sus vidas (más de 100 han muerto), reclamando sus derechos, exigiendo comida, medicina, justicia y libertad.

“Somos nacionalistas, patriotas e institucionalistas”, repetía el exmilitar. Aseguró que perseguiría a altos funcionarios del gobierno por la destrucción de Venezuela y por sus crímenes: “ Maduro, Diosdado, Tareck El Aissami y Reverol serán enjuiciados por el pueblo para que paguen por sus crímenes de lesa humanidad".

Fue crítico de la actitud de los líderes de la oposición a quienes consideraba débiles ante las incontables trampas y mentiras con que Maduro había logrado, durante años, en cada mesa de negociación, desestabilizarlos: utilizando trucos tan sucios como la intervención del Papa como mediador y las promesas que hizo a Francisco y jamás cumplió.

Maduro ha sido muy claro en expresar que, aún si su gobierno cae debido a las protestas del pueblo, él y sus compinches no dudarán un minuto en utilizar la fuerza para restablecer el gobierno bolivariano. Esta rotunda posición del dictador motivó la contundente respuesta de Pérez. 

¿Habría logrado este joven idealista desestabilizar el régimen? Jamás lo sabremos.

Lo mataron los militares vendidos a Maduro; esos que mercan en comisariatos especiales donde hay de todo, inclusive aceite, masa para arepas y leche en polvo para niños; donde se encuentran hasta implementos de limpieza, papel higiénico, jabón, pañales y toallas sanitarias. Efectivos de seguridad y miembros de colectivos chavistas que no pasan hambre como el resto del pueblo, a quienes poco importa lo que sufren los demás venezolanos.

Los hombres que ejecutaron la Operación Gadeón llevaban órdenes explicitas de matar a Oscar Pérez y a quienes lo acompañaban. Esto quedó grabado en las conversaciones que Pérez y sus compañeros lograron subir a las redes antes de su muerte. 

No cabe la menor duda, este asesinato se cometió al mejor estilo de los ajusticiamientos sumarios tan comunes en Cuba durante las primeras décadas de gobierno de Castro.

Sabemos que más de 7 mil personas murieron en los paredones establecidos por el régimen comunista. La mayoría en la infame cárcel de La Cabaña. Recordemos aquella escalofriante frase del Che Guevara al abogado Miguel Duque Estrada: “No hace falta hacer muchas averiguaciones para fusilar a uno. Lo que hay que saber es si es necesario fusilarlo. Nada más.”

Óscar Pérez fue ejecutado extrajudicialmente, ¿Quién pagará por ello? Es fácil saber quién dio la orden.