La institución de la monarquía es un tema complejo y muy difícil de justificar en países democráticos. España es un caso digno de estudio porque ella ha sido clave no solo en la transición de la dictadura de Franco a la democracia y su consolidación, sino en ofrecer una importante fortaleza institucional y un símbolo de unidad en un país que sufrió no solamente los errores de una terrible guerra civil, sino las restricciones y abusos propios de una dictadura. Por eso hablamos del milagro español no sólo político sino económico y social. Me costaba mucho trabajo no ocuparme del debate que se está llevando a cabo en España porque su experiencia histórica y reciente nos concierne de manera excepcional.
Un buen amigo que sabía que estaba leyendo el libro del periodista español Jaime Peñafiel “Letizia y yo. ¿Qué secretos oculta la Reina Letizia?” en su segunda edición (la primera fue en noviembre de 2023) me preguntó con evidentes curiosidad y ansiedad qué era lo que contaba el libro y mi respuesta fue contundente. Le dije el último párrafo contiene todo. Está en la página 220 y lo leí: “En definitiva a estas alturas puedo afirmar que lo de Felipe y Letizia no ha sido una gran historia de amor. Al menos por parte de ella. Y no me pregunten por qué lo digo. Ambos saben, y sobre todo Letizia, que valgo más por lo que callo que por lo que cuento. Y lo que, por dignidad y respeto, callo lo callaré siempre.”
Ya en la página 182, del capítulo 49 “Avería matrimonial de Felipe y Letizia”, que se ubica en el 2014, se escribe: “Desde hace unos meses, los secretos de alcoba, romances y escapadas de ella son de dominio público”.
Curioso. Sorprendente. Es un libro que pretende mostrar un escándalo sobre el matrimonio real sin revelar datos concretos porque o ya son de dominio público o el autor “por dignidad y respeto” prefiere callarlos ahora y para siempre. Será el primer libro en la historia de los escándalos monárquicos que aspira a lograr su objetivo gracias al silencio. Un silencio maquiavélico. Va en la segunda edición sin que al parecer haya afectado a la Monarquía o a la pareja real.
Como lo indica el título del libro éste se refiere casi totalmente a Letizia y no al Rey Felipe. Me asombró el desprecio con el cual habla del Rey Felipe. A él lo describe así: “Ese joven bueno sin esfuerzo, pero un pobre hombre” (p. 25)
Sobre Letizia hace descripciones brutales. Leamos: “Consciente de donde viene, ha sido una mujer luchadora y tenaz. Los golpes que le ha dado la vida la han convertido en una sufridora interior, fría, orgullosa, cabeza alta, indestructible…Pero, así mismo, insegura y bastante frágil.” (…). Se avergonzaba que el coche de la televisión tuviera que recogerla en Vicálvaro, el barrio obrero donde vivía en un piso que jamás tuvo muebles. Sólo un sofá y una cama de matrimonio, un lugar poco glamuroso para una estrella de la tele y donde tuvo los primeros encuentros sexuales con el príncipe” (p.26 y otras no menos reveladoras, 34, 38, 43, 218).
El periodista Peñafiel fue quizás el único que la defendió cuando ella, bruscamente, le dijo en la primera presentación en público a Felipe, “¡Déjame terminar! Peñafiel se reconoce como “la primera víctima que se sepa de su maquiavélica idiosincrasia” (p.70).
Lo que el lector concluye de la lectura de este libro es que Letizia era una mujer con pasado, apasionante y apasionada, que ese pasado incluía dos abortos y que en el “Cuchitril” en el cual tuvieron algunos encuentros sexuales ella le contó todo (p. 54, 85 y 130). También, el lector se dará cuenta de que el pasado de Letizia ya había sido descrito en diferentes libros. Y la conclusión que aparece en el libro es que, en las familias reales, el pasado es siempre presente. Ahí está el escándalo (p.34).