Hasta que la sacaron
Era demasiado incómoda. Pisó callos. Enfrentó a un sector político que se sentía intocable. Tuvo agallas y seguro miedo también. Metió a la cárcel a más de un corrupto. Y sólo fueron 18 meses. ¿Se imaginan lo que habría alcanzado a hacer en cuatro años?
Felices están en la trinchera del uribismo y aterradas las periodistas furiosas que protestaron en contra del matrimonio de la juiciosa exfiscal. Que era maluco el susodicho, nadie lo niega. Pero el argumento patriarcal que enfundaron Rueda, Duzán, Gómez y Samper era denigrante por considerar que una mujer no puede ser autónoma en su vida profesional por el hecho de compartir su cama con quien le venga en gana.
Al haberse caído la elección de la Fiscal empezarán a aparecer nuevos argumentos en favor de la causa uribista como, por ejemplo, el caso de Andrés Felipe Arias. Como no soy abogada ni estudiosa de estos temas puedo hacer una pregunta un tanto estúpida y es, si la elección de la Fiscal fue ilegal porque violó un reglamento establecido, entonces ¿todas las acciones emprendidas por ella quedan sin piso jurídico? Es decir, las investigaciones e imputaciones de cargos, como fue el caso de Agro Ingreso Seguro, fueron ilegales, es posible que se anule ese proceso?
Colombia vive por ratos como el período de la inquisición medieval; ahora la última “entrega” se revivió por cuenta de unas periodistas que más allá de ver la efectividad del trabajo de la Fiscal se empeñaron en criticar su vida personal. Como si la vida personal de los políticos/as amigos/as de ellas alguna vez hubiese sido esculcada de la misma forma irrespetuosa como lo hicieron con la de Morales.
Lo cierto que es no tenían razón las periodistas inquisidoras al juzgar el matrimonio de la señora Morales. Tampoco fueron ellas las que la tumbaron, pero sí hicieron mucho ruido y tuvieron eco en un sector poderoso y que espera con ansias regresar al poder. A ese sector que tanto han cuestionado estas mujeres le hicieron el cuarto y aunque Maria Jimena no sea uribista, por cuenta de un argumento en extremo machista, ella y sus colegas terminaron ayudando a cavar el hueco, no de la Fiscal, sino de un proceso de limpieza en la justicia colombiana que por fin una mujer valiente había iniciado.
Definitivamente las peores enemigas de las mujeres somos nosotras mismas.