María Clara Ospina | El Nuevo Siglo
Miércoles, 1 de Julio de 2015

Guerras de robots

 

Al estilo de las mejores películas de ciencia ficción, en un futuro no muy lejano, las guerras serán luchadas por lo menos parcialmente por robots inteligentes y autosuficientes, capaces de tomar decisiones, identificar y encontrar al enemigo, atacarlo y  destruirlo.

Hoy aproximadamente 40 naciones están desarrollando y produciendo robots de guerra; máquinas dirigidas desde cualquier lugar por controladores especializados. En poco tiempo habrá  aparatos robóticos capaces de atacar y responder ataques sin ser guiados directamente por un hombre, o sea autónomos, por lo menos hasta cierto punto.

Un ejemplo de estas máquinas son los drones usados por Israel y Corea del Sur para patrullar sus fronteras. Israel se ha convertido en el mayor productor de drones anti-radar, ya son usados por varias naciones. Estos robots identifican radares enemigos en el área indicada y los destruyen automáticamente.

Los Estados Unidos usan desde hace algunos años aviones controlados a distancia para recolectar información, identificar blancos militares y en algunos casos eliminarlos. He oído a generales de la Fuerza Aérea norteamericana decir que las recientes órdenes de producción de aviones de guerra pilotados serán las últimas, pues la próxima generación de aviones de combate no tendrá  pilotos.

De hecho las fuerzas armadas de EE.UU. ya tienen más de 5.300 naves  autónomas y más 12 mil  robots de tierra en funcionamiento, capaces de colaborar en cualquier acción de defensa o agresión. Se considera que en unos años 25 por ciento del ejército norteamericano podrá ser remplazado por robots de guerra autónomos.

Según la información recolectada por la revista Semana (abril19/15): “más de 300 militares de la Fuerza Aérea Colombiana trabajan solo con aeronaves remotamente controladas (ARC)”.

Pero no solo gobiernos legítimos tienen este tipo de armas. Sucede que algunos de estos drones pueden ser armados o comprados por unos pocos dólares y, de esa manera, caer en manos de cualquiera, en especial de grupos terroristas. Muchos piensan que estos robots serán las armas preferidas del terrorista en el futuro.

Así que es una realidad, el mundo se prepara para guerras entre robots, hoy controlados desde cualquier cubículo, mañana totalmente autónomos. Tan es así que ya en Ginebra se han reunido, en múltiples ocasiones, representantes de Naciones Unidas para establecer políticas y reglas con respecto a estas nuevas armas y estas nuevas guerras.

Naturalmente los robots tienen muchas ventajas sobre los soldados; no se cansan, no sienten miedo, frio o hambre, en fin, no presentan fallas humanas, esto los hace más eficientes. Sin embargo, su proliferación presenta una serie de cuestionamientos. Aunque para unos estas máquinas serán más eficientes y además evitarán la muerte de combatientes, para otros plantean graves peligros y, quizá, mayor derramamiento de sangre por su efectividad.

Además, existen multitud de cuestionamientos éticos. ¿En el futuro serán los robots los dueños de la vida y la muerte? ¿Quién controle la tecnología controlará el mundo? El corazón del soldado capaz de decidir en el último instante sobre la efectividad o necesidad de un ataque será remplazado por la respuesta mecánica de una máquina. ¿Es esto humano? Hoy estamos en el comienzo de una nueva era, solo el tiempo responderá a estas preguntas.