Creerle o no creerle
Hugo Chávez ha manejado su enfermedad como un arma mediática de primera y, sobre todo, como un secreto de Estado.
Desde el comienzo, nada sobre su salud se sabe a ciencia cierta. ¿Qué tipo de cáncer fue el que le extirparon en Cuba, cuál fue su diagnóstico hacia el futuro? Lo que sí habíamos oído constantemente del propio Chávez, hasta hace unos días, era que ya estaba libre de cáncer.
No pocas veces el Presidente venezolano llamó embusteros a aquellos que se atrevían a asegurar que su salud estaba en entredicho y que era muy probable que el cáncer se hubiera esparcido.
Tanto y tanto repitió de su mejoría, que muchos se lo creyeron y hoy no saben qué pensar.
¿Chávez mentía o será que sí recayó? ¿Podría ser un montaje para mantener su popularidad? No creo, pero recordemos que en junio de 2011, cuando anunció que estaba enfermo, su popularidad dio un brinco de 10 por ciento en las encuestas.
A quién no conmueve un hombre enfermo, más cuando explota el tema tan bien para su conveniencia.
Hay que ver el show mediático que montó la semana pasada al partir rumbo a La Habana para ser operado. Lo más creativo fue la caravana de carros encabezada por un campero descapotado, decorado con imágenes del Sagrado Corazón impartiendo la bendición, desde donde el caudillo saludaba con los brazos abiertos, a manera de redentor. Y su último discurso de despedida, el cual terminó con un ¡Viva Chávez! gritado por él mismo.
Muchos no saben si creerle, o no. Su semblante embotado y regordete por el abuso de las anfetaminas, según los médicos, nos hace pensar que hoy Chávez no miente.
Si es así, le deseo suerte en su nueva operación; ojalá se mejore y recupere su salud para que pueda regresar a Venezuela a enfrentar la elección de octubre en franca lid.
Quedan escasos 7 meses para las elecciones y sus seguidores no saben qué pensar. Sienten lástima por su caudillo enfermo. Hay un profundo desconcierto sobre quién podría sucederlo. ¿Dejará a su hermano en el trono, como lo hizo en Cuba Fidel Castro, su amado maestro? ¿Impulsará a algún militar a que se tome el poder, como él intentó hacerlo en sus años mozos? Quizás su escogido sea alguien de toda su confianza, como Diosdado Cabello o el canciller Maduro.
La oposición la tiene también muy dura, porque es difícil combatir o criticar a un hombre gravemente enfermo ¡Los humanos somos muy sensibles a esto!
¡En Venezuela, hoy todo son dudas! No se sabe qué creer o qué pensar.
Lo único cierto es que tarde o temprano, ojalá por el bien de Venezuela sea más temprano que tarde, la verdad y el desenlace de este escenario se conocerán.