MARÍA CRISTINA PELÁEZ MORENO* | El Nuevo Siglo
Lunes, 14 de Enero de 2013

La resistencia al cambio
Cuando se generan iniciativas de cambio en las organizaciones, sin importar su naturaleza, un factor que siempre debemos poner en primer lugar es el humano; aquellos a quienes el cambio impactará. Sus preocupaciones, aspiraciones y motivaciones serán nuestras herramientas para hacer una gestión de cambio exitosa.
Con frecuencia las ideas de cambio se detienen y los responsables culpan a aquellos que nunca dieron el paso. La razón, según ellos, es que se resistieron a una iniciativa lógica, motivo por el cual ésta fracasó. Tratar de imponer cambios es común en las organizaciones, pues se da por hecho que todos en ella conocen las necesidades de cambio y que por eso los van a aceptar sin ejercer ningún tipo de resistencia, pero es completamente falso, pues aunque los colaboradores las conozcan esto no quiere decir que estén preparados y culpar a los opositores del cambio es algo inútil.
El mundo empresarial exige cambios cada vez más rápidos, que normalmente sacan de la “zona de confort” a los ejecutivos y los hace temer por su estabilidad. La posibilidad de quedarse atrás en las labores o dejar de ser indispensables para la organización, son algunas de las razones por las que se hace resistencia, sobre todo en cambios tecnológicos. La falta de compromiso, adopción y pericia de las nuevas herramientas o servicios que traiga un cambio serán algunas de las causas por las que los proyectos naufraguen y la inversión sea vista como una pérdida.
Dejar que un cambio suceda sin mayor preocupación por los directamente impactados es irresponsable de nuestra parte; debemos gestionarlos y para eso es básico prepararnos y prepararlos. Un estudio hecho por Standish Group, Robert Kaplan y David Norton, dice que el 71% de los proyectos fracasa principalmente por falta de una metodología de gestión del cambio.
Los componentes fundamentales para un proceso de cambio tecnológico en una organización, y sobre todo para cambios tan comunes y naturales como los que están tomando lugar actualmente en la mayoría de empresas relacionados con soluciones en la nube, tienen per se una lógica que sólo podrá ser gestionada en el momento en que se trabaje sin posiciones, totalmente independiente del interés de quien dependa el cambio. La preparación del equipo que gestionará el cambio es obligatoria; para esto se deben determinar objetivos precisos, conocer en qué momentos están las personas, crear una estrategia ganadora y definir un patrocinador visible para que abandere el proyecto.
Luego debemos asegurarnos de comunicar el cambio; las ventajas, las novedades, resolver preocupaciones, incentivar a las personas y generar expectativas reales y positivas del futuro próximo.
Finalmente entrenar y capacitar a las personas de forma dinámica y estructurada será la clave del éxito pues les proporcionará a sus colaboradores la seguridad necesaria para subirse a bordo definitivamente.
Así, con otras herramientas que dependerán de diversos factores como lo son la cultura organizacional y demás características inherentes a la organización, se logrará esquivar la resistencia al cambio.
Es por esto que un proceso de Gestión del Cambio no debe ser tomado a la ligera o como un plus que dan los proveedores, sino que debe asumirse como un determinante para que nuestros colaboradores realmente adopten y se comprometan con las decisiones de cambio, entendiendo que la buena preparación y administración de éstos son fundamentales para el éxito de nuestros proyectos.
*Coordinadora de Gestión del Cambio Eforcers S.A.