MARTA LUCÍA RAMÍREZ DE RINCÓN | El Nuevo Siglo
Lunes, 29 de Agosto de 2011

¿Cómo crecer al doble si la industria crece la mitad?


“Herramientas más allá de esquemas de incentivos indirectos”
 

EN  sus dos últimos informes, el Banco de la República ajustó al alza su proyección sobre la tasa de crecimiento para la economía, indicando que la estructura productiva colombiana ha mejorado, a tal punto de llegar a ser menos vulnerable respecto a los choques externos. Se supone que esto se fundamenta en el predominio y mayor dinamismo de la demanda interna con respecto a la externa, ya que teniendo en cuenta la situación que atraviesan Estados Unidos (nuestro mayor socio comercial) y la Unión Europea, la perspectiva comercial no es positiva en este último frente, de cara al futuro.


Las expectativas tienen sustentos reales sobre el buen desempeño económico actual; sin embargo, no se pueden cerrar los ojos y dejar de ver las circunstancias adversas que están afrontando y posiblemente enfrentarán sectores claves de la economía colombiana, como es el caso del industrial.


En lo corrido del primer semestre del 2011, el crecimiento de la economía estará muy seguramente alrededor de 5%-5.5%; no obstante, el sector industrial sólo lo ha hecho 3.7%, lo que contrasta con 6.3% registrado para el mismo período de 2010. Adicionalmente, el desempeño productivo no es homogéneo; hay grandes disparidades, tanto que 19 de los 48 subsectores presentan variaciones negativas. Aquellas ramas productivas que jalonan el crecimiento industrial tienen un alto riesgo de que su impulso no sea sostenible en el mediano plazo.


Así pues, los subsectores de carrocerías y de vehículos, que son los líderes del incremento de la producción y las ventas industriales, podrían empezar a encontrar frenos para mantener una expansión prolongada, ya que aspectos tales como: i) las deficiencias de la infraestructura vial a lo largo y ancho del territorio nacional que afectan la movilidad urbana; ii) las medidas de restricción a la circulación (pico y placa); y iii) el mecanismo de transmisión en el aumento de las tasas de interés que seguramente llegarán en el cuarto trimestre de año, se pueden constituir en un limitante de primer orden, respecto al nivel productivo del ramo automotor, que es el que ha venido  jalonando la industria.


Por otra parte, el panorama en el frente externo no es positivo y la tasa de cambio que se constituye en una de las principales variables de competitividad internacional no se mueve a favor del sector industrial. La tendencia a la apreciación del peso (5.7% en el promedio anual) por encima de su nivel normal (ver informe Visión FMI julio 2011) se hace difícil de revertir y, por el contrario, se agudiza, gracias a la reciente calificación favorable del nivel de riesgo colombiano y a una alta tasa de interés que, comparada con las de los mercados externos, se convierten en atractivos para la entrada de capitales e inversiones foráneos.


Aunque esto no es malo en esencia, lo negativo radica en que la parte de los recursos que entran al sector real de la economía se concentra actualmente en los sectores de minería e hidrocarburos, algo que generalmente no se difunde hacía sectores que tienen más encadenamientos productivos y son más intensivos en mano de obra, tal como las manufacturas.


Aunque contamos con una Ley de Reforma a las Regalías que busca administrar óptimamente los recursos de la bonanza minero-energética para fundar las bases de un crecimiento sostenido en el mediano y largo plazo, con sectores competitivos, dinámicos y fortalecidos dentro del mercado internacional, se hace notorio que la coyuntura exige que se tomen medidas tales como el control a la entrada de capitales en portafolios de corto plazo, para controlar la apreciación.


Entonces, ¿qué hacemos con la industria? Es primordial que el Gobierno genere herramientas más allá de los esquemas de incentivos indirectos (Ley de Regalías) y concatene los programas actuales de transformación productiva e innovación para la competitividad, logrando plantear una política industrial explícita. Vamos por más con objetivos, medidas e instrumentos coherentes con las de reducción de la tasa desempleo, bajar niveles de pobreza y elevar las tasas de crecimiento del PIB.