Mauricio Botero Montoya | El Nuevo Siglo
Lunes, 31 de Agosto de 2015

“Emigración forzada, baldón del socialismo venezolano”                                

CRISIS DEL SISTEMA ECONÓMICO

Maduro y Venezuela

EL  gobierno del vecino país necesita un conflicto con Guyana o en su defecto con Colombia para afrontar las próximas elecciones. Y uno no debe dejar que el contrincante imponga la oportunidad y el tiempo en un conflicto, sería darle desde ya una ventaja.

El asunto es la crisis del sistema económico de esa mal llamada “revolución socialista” que es en verdad un capitalismo rentístico de Estado dependiente de un mono-producto. En términos rigurosos de economía política no es posible un socialismo sin una clase obrera industrial al mando del aparato estatal, cosa que en Venezuela es un chiste.  Aquí los simpatizantes del chavismo se quejan de una supuesta “desindustrialización” debido a los TLC cuando hemos casi cuadruplicado la exportación de manufacturas desde 1990. Pero aplauden la ruina absoluta de la incipiente industria nacional venezolana producida por el chavismo. Aplican categorías internacionales de solidaridad entre los trabajadores y los sindicatos, pero ya se olvidan para qué fueron hechas. Para garantizar, por ejemplo, el ingreso de los trabajadores frente a la inflación que en Venezuela está por el 200% este año. Es decir, se ha producido una caída real del ingreso promedio de la gente del común. Venezuela en los años noventa tenía un nivel de vida superior al nuestro, hoy es inferior, y mañana lo será aún más. La razón es sencilla no se han industrializado, ni han generado riqueza agrícola. Y el petróleo será eventualmente sustituido por otras fuentes de energía en el resto del globo en este siglo XXI.

En la comparación entre las dos economías los populistas (que socialistas no son) anotan que en el PIB colombiano ha descendido la participación industrial. No aclaran que es un decrecimiento relativo pues la industria ha crecido pero crecieron más otros sectores como la minería y los servicios.  En Venezuela el decrecimiento  del PIB como de la industria es absoluto y no relativo. Y cae la producción en relación con la economía total que también va en bajada. Un desastre. Los militares venezolanos son en realidad, para quienes los conocen, unos burócratas disfrazados de camuflado con pliegues para que no se les note la panza. En contraste con un Ejército vecino que lleva sesenta años de guerra interior y es considerado uno de los más fuertes del hemisferio. Aun cuando los guasones aseguran que cuando les piden que se tomen un puente, no vuelven el lunes… No habrá guerra. La emigración forzada de los colombianos expulsados cruzando con sus hijos el río Táchira será el baldón del llamado socialismo venezolano, ya lo es en las redes y en la TV. Pero tampoco nos  absuelve de la responsabilidad de su anterior fuga de Colombia.