MAURICIO BOTERO MONTOYA | El Nuevo Siglo
Lunes, 14 de Diciembre de 2015

ESTRAGOS AMBIENTALES

Exxon se confiesa

“Quieren mitigar catástrofe con un impuesto”

La  petrolera acaba de soltar una bomba al revelarle al diario Washington Post que si el gobierno estadunidense no interviene el calentamiento global subirá entre 5 y 7 grados Celsius para el año 2050. Esta revelación es de tal magnitud que hay que analizarla por partes. Primero, la Exxon es una de las compañías que más se han opuesto a ese tipo de intervenciones. De hecho ha pagado millones de dólares a los “lobbys”, los cabildantes, para impedir regulaciones ambientales en los últimos cuarenta años. Tenía un memorando interno desde el año 1975 en el que mostraba la grave contaminación producida por esa compañía y la consecuente destrucción ambiental, pero se trataba de un documento secreto.

Y, segundo,  con que sólo subiera 3,3 grados Celsius, se destruirá el plancton oceánico y los bosques de árboles que producen la mayor parte del oxígeno del planeta. Tal como así mismo lo revela la Shell…  Remito al lector al Washington Post y a la controversia desatada. Esas petroleras se han beneficiado de las guerras de la administración Bush en el Medio Oriente. Lo que quiere decir que ya están asustados del Frankenstein que soltaron sobre el planeta. Deben saber algo que nosotros ignoramos y debe ser algo más grave que las consecuencias jurídicas que, de seguro, les espera por su dolosa omisión.

Lo irónico del caso es que su propuesta para mitigar la catástrofe es idéntica a la del senador socialista Bernie Sanders… Proponen un impuesto sobre las emanaciones de carbón.

A su vez la Royal Dutch Shell predice que el incremento de la temperatura esperado para el 2050 oscila entre 4 y 6 grados Celsius. Frente a eso, las muertes por terrorismo con todo su horror son pálidas doncellas. En la conversación previa al acuerdo ambiental de París entre el alcalde de Nueva York y la alcaldesa parisina, ella reprochó a Washington que no hiciera obligatorio el control de emisiones contaminantes en Estados Unidos, y el alcalde reconoció que Washington no aplicaría el acuerdo mundial como algo obligatorio.

En la red hablan de la contaminación acuífera que la energía fósil ha generalizado. Anotan que la familia Bush compró 300.000 acres con reservas de agua en América Latina. Y subrayan la compra planetaria de agua de la compañía Koch Bros. Ojalá esto apenas sean aspavientos preelectorales sin fundamento. Pero no. Provienen de las propias compañías que saben algo que nosotros todavía no sabemos.