MONS. LIBARDO RAMÍREZ GÓMEZ* | El Nuevo Siglo
Domingo, 9 de Octubre de 2011

A Propósito de la Carta del 91 (XIV)

 

EN  los meses en los que se adelantaba aquel Congreso de Cúcuta se libraban en Venezuela batallas decisivas para su plena liberación de España, como la de Carabobo (24-06-1921), en donde la caballería de Páez y la Legión Británica derrotaban los ejércitos del mariscal Miguel de la Torre. Ese mismo día el general Mariano Montilla, y el coronel José Padilla, culminaban la acción libertadora de Cartagena, que les encomendara Bolívar. El 28 de noviembre del mismo año (1821) se consolidaba la libertad del Istmo de
Panamá como territorio perteneciente al Estado republicano de Colombia.
Consolidada la libertad para la República de Colombia con las victorias en la Nueva Granada y Venezuela, y con la Constitución de Cúcuta, quedaba el propósito de que esa misma libertad se afianzara en todo el continente hispanoamericano. Bolívar, dejando en Bogotá al vicepresidente Santander, personalmente y con apoyo de valientes guerreros como Sucre y Córdoba, emprendió, a finales de 1821, la Campaña del Sur. Al iniciar Bolívar ese avance libertador, acampaba a orillas del río Patía, afianzando allí el reconocimiento de las gentes de su mando y expandiendo su poder hacia el Juanambú. El 07-04-1822 lograba la definitiva victoria en la cruenta batalla de Bomboná sobre las tropas realistas de Basilio García. Pasto consolidaba su plena libertad.
Un mes después (24-05-1822) el mariscal Antonio José de Sucre lograba coronar la altura de Pichincha, logrando gran victoria. Al día siguiente el jefe realista Melchor Aymerich firmaba Capitulación, quedando todo el Ecuador libre y consolidada la libertad total de España de la Gran Colombia, decretada en el Congreso de Angostura tres años antes.
Guayaquil, que había proclamado su independencia absoluta (octubre de 1820), consolidaba su libertad y se anexaba a la Gran Colombia, pues había pertenecido al Virreinato de Lima. Recibió esta ciudad a Bolívar, y allí le llegaba mensaje del general José de San Martín, Libertador de Argentina, quien se había apoderado de Lima (junio de 1821) con ánimo de dar libertad al Perú, y ejercía “Protectorado” en la ciudad. Le proponía San Martín a Bolívar entrevista, la que se logró en esa ciudad el 25 de julio de 1822. Amplia fue en conversación de los dos prohombres, con diferente opinión sobre el estilo de gobiernos en el continente (monárquico o republicano), dejando luego San Martín campo abierto a Bolívar para la liberación total del Perú.
Los patriotas peruanos habían proclamado su plena independencia de España (28-07-1821) poco después de la toma de San Martín, pero el poderío general en el Virreinato de parte de España seguía muy fuerte. Bolívar no se precipitó a enviar sus tropas a combatir al Perú, y fue solamente ante insistencia del Presidente provisional José de la Riva Agüero, y del Congreso patriota, como decidía (agosto de 1823), adelantar las acciones bélicas. Estuvo enfermo en Pativilca, pero su único sueño era “¡Triunfar!”.
Hubo luego decisiva batalla en Junín (06-08-1824), en donde salió derrotado el general español José de Conterac, quien despreciaba “las montoneras colombianas”. Bolívar dejó esos ejércitos al mando del general Antonio José de Sucre, para atender graves asuntos en Bogotá, lo cual alentó al virrey José Laserna quien salió con poderoso ejército a acabar los ejércitos libertadores, pero, en el estratégico sitio de Ayacucho se libró fiera batalla (09-12-1824) por el ánimo indomable de los patriotas bajo el mando de Sucre y voz de mando sorpresiva del joven general José María Córdoba. Con esa tremenda derrota de los realistas, se consolidaba la libertad plena del Perú. (Continuará).

 

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*Presidente del Tribunal Ecco. Nal