Monseñor Libardo Ramírez Gómez* | El Nuevo Siglo
Domingo, 8 de Mayo de 2016
Sinsentidos del matrimonio gay
 
Con arrogancia de mujer francesa, escribió recientemente (04-16) Florence Thomas, en su columna de El Tiempo, comentario sobre “10 sinsentidos sobre el matrimonio gay”. Inicia su escrito calificando como “Sinsentidos”, como “estupideces”, cuanto se ha dicho en el debate contrario a su pensar, en ese tema. Al finalizar las apodícticas afirmaciones de esa escritora “filogay”, encuentro, para mí, que es ella la que en su arrogante calificación de quienes no concuerden con su pensar, quien termina diciendo 10 estupideces.
 
Reclamar cambio en cuanto gloriosamente tenemos la mayoría de los colombianos como es nuestra familia, a partir de la que se nos dio origen, conformada por padre y madre de distinto sexo, cada uno  sin titubeos ni desviación en su género, para implantar, también como “familia”, la que surge de una convivencia aún en lo sexual, de personas del mismo sexo. Eso sí que es mayúscula insensatez. Señalar como “ultrajante” la enseñanza de la Iglesia Católica, y de la universalidad de religiones, basada en la ley natural, que solo es verdadera familia la que tiene como base el pleno convivir de varón y mujer, es reforzar el anterior despropósito.
 
Calificar de oscurantismo a una Directora de Colciencias por estar convencida de cuanto pregonan corrientes que hermanaron definitivamente ciencia y religión, y descalificar al Congreso, por no dejarse llevar por las presiones de falsa “avanzada”, y no darles gusto en aceptar lo inaceptable de cambiar el concepto de “familia”, que plasmaron equilibrados Constituyentes en el Art. 42 de nuestra Carta Magna, es nueva y manifiesta insensatez.
 
Las expresiones de los puntos 4°. y 5°. del escrito de Florence, con bocanada contra los “patriarcas católicos” que con su labor doctrinal y pastoral han llevado a Francia y a Colombia a culturas de tan alto nivel, porque no aceptan como “matrimonio”, un convivir sexual contrario a la naturaleza, es fruto de insensata arrogancia.
 
En la serie de “sinsentidos” que ha querido señalar la escritora de marras en sus puntos 6°. y 7°. De su artículo, se va lanza en ristre contra el Magistrado Pretel y el Procurador Ordóñez, señalándolos como “actores de circo”, y como hasta agentes del diablo, con expresiones de júbilo ante posible salida de su cargo del segundo, tan honesto ciudadano y paladín de ideas basadas no solo en la fe sino en la ciencia y universal aceptación, cimientos que los enloquecidos de “avanzada” quieren demoler.
 
En el punto 8° arremete frenéticamente contra la digna parlamentaria Vivian Morales, no cobijada bajo el patriarcado católico, señalando su vertical pensamiento en esta materia de familia y Matrimonio, como “discurso naturalista tan trasnochado”. Ante tal descalificación cabe decir, en el presente caso de la Florence, no tanto que la ignorancia sino que “la arrogancia es atrevida” y lleva a insensato desprecio de principios naturales.
 
La invitación a sus amigas “organigays” a trabajar por abrirle campo a esa “cultura” y calificar de “homofobia” la sensata opinión del pueblo colombiano que no se ha dejado llevar a aceptar la insensatez de cambiar la imagen correcta del matrimonio, por uniones que en absurdo propósito quieren equiparar a él, es nueva insensatez. La lleva a señalar con desespero a países y personas que no acepten convertirse en “estados modernos”, que le dan aceptación a lo por si inaceptable, y  estimarlos a sumirse en un caos social.
 
Ojalá, con mente y corazón realmente sensatos, vivamos en Colombia sin complejo de principios y de hogares al estilo de nuestros mayores, pues agradecemos haber crecido en ellos y no en desenfocados remedos de ellos. Queremos una “Colombia moderna”, pero sin pisotear cuanto nos ha llevado a lo digno y bueno que tenemos, como son nuestras familias y matrimonios en indeclinable modo de estar dentro del orden natural.
 
*Obispo Emérito de Garzón