MONSEÑOR LIBARDO RAMÍREZ GÓMEZ* | El Nuevo Siglo
Domingo, 1 de Junio de 2014

Alegres por bondades de María

 

Apenas  terminado el mes de mayo, “Mes de María”, e iniciando en este país creyente como es Colombia el mes de junio, “Mes del Sagrado Corazón”, está bien que resaltemos, todavía, el hecho confortante del culto rendido a la “Madre de Jesús” que acompaña a la Iglesia en la expectación del Espíritu Santo (Hech.1,14), y manifiesta, luego, desde múltiples lugares, su celeste asistencia. Hemos recordado en comentario anterior el origen de la devoción a Ella como “Reina de Colombia”, aclamada así por los favores ante su imagen del renovado lienzo en Chiquinquirá. A Ella damos gracias por los favores obtenidos, y que seguimos obteniendo, invocándola con renovado fervor.

A finales del 1982 escribí un pequeño libro que Titulé Sus Santuarios,que fue resumido por quien hiciera su presentación con esta expresión “Entre Santuarios y Asombros”, por los iconos que destacaba en él y por el latir de corazón del autor ante cada uno de ellos. Hago alusión a esa serie de “santuarios” de Ella, para testimoniar que al referirme a ellos no es algo ocasional sino de cuanto desde mi infancia ha recibido sitio imborrable en mi corazón. Ayer y hoy, la he encontrado a Ella en tantos sitios, circunstancias y personas, con gozo íntimo que trato de comunicar a través de líneas que brotan del alma.

 A la Virgen la invocamos como“Causa de nuestra alegría”, expresión consagrada como fruto de la manifestación de cuanto sentimos cuando todo  lo colocamos bajo su manto protector. Sí avanzamos alegres en nuestro vivir por la presencia y bondades de la Madre del Cielo. En ese recorrido, que hoy evoco para hacer partícipes a mis benévolos lectores, van desfilando santuarios con millares de fervorosos peregrinos como los de Lourdes (Francia), Fátima (Portugal), Pompeya (Italia), Guadalupe (México), Luján (Argentina), “La Pietá”  (Roma), Las Lajas y Nátaga (en Colombia, al lado de Chiquinquirá).

Destacó, a la vez, y así lo hago en mi libro, cómo me han impactado, y he recibido los efluvios celestes de aquella Madre bendita al estar en contacto de gran número de santuario vivos. Me ha confortado, y caldeado el corazón, la sencilla y filial devoción de los millares de peregrinos que con sus cantos, sus flores, sus confesiones purificadoras  acuden a Ella con el candor de un Juan Diego ante la “niña querida”, a quien le suplicaba entregara su mensaje a persona más prestante para que el Obispo creyera. Personas y entidades que me han acercado a la alegría de estar con Ella han sido: el corazón de mis creyentes padres, el corazón fervoroso de mis formadores y condiscípulos en el Seminario, miembros de entidades de bien como la Legión de María y el Movimiento de los Focolares, devotos con encendido amor a Ella como los papas Pío XII, Juan Pablo II y Benedicto XVI, amor y elogios a Ella como de San Alfonso María de Ligorio, San Luis María Grignion de Montfort y S. Antonio María Claret, así como también el alma devota a Ella de tantas gentes en Rusia, en España y en cada una de los naciones de América Latina.

El Papa Francisco nos ha invitado a vivir la“Alegría del Evangelio”, realidad preciosa que ojalá busque todo ser humano en vez de ir tras de  gozos pecaminosos que solo dejan vacío en el alma. Alegría que se acentúa cuando vamos por el mundo de mano de la Virgen Nazaretana, una vez más invocada como “causa de nuestra alegría”. En momento de definición del pueblo colombiano para que se acreciente en sus gentes la fe y vida según el Evangelio, la honestidad y eficiencia en sus gobernantes, la paz pero basada en la justicia con exigencia de rechazo a todo crimen y con castigo a quienes han sembrado y siguen  sembrando males en esta amada Colombia, que la aclama a Ella como Reina. Acudamos a la Virgen, alegres por su amor y sus bondades.

monlibardoramirez@hotmail.com

*Presidente del Tribunal Ecco. Nacional