Entre el Presidente Petro y el Canciller Murillo nada parece obedecer a un desarrollo libre y espontáneo en el ejercicio de la comunicación dentro de un gobierno aparentemente democrático; todo parece estar debidamente “libreteado”,como cuando existe un “concierto para subsistir” o complicidad entre un presidente expirante y un canciller aspirante a sucederlo en la tarea de regir los destinos de Colombia dentro de los parámetros de la izquierda extrema, para garantizar la continuidad del “cambio” -funesto- que lleva este país de cabestro hacia los potreros del vecino. Se sigue la letra de lo ya plasmado en las escrituras del bien enmarañado Foro de Sao Paulo.

Tal Foro, surgido en 1990, pensado para salvar a los partidos y grupos políticos de izquierda de América ante el colapso del comunismo y el desmoronamiento del Muro de Berlín, tuvo otra excusa- caballo de batalla de escasa vida- que era dizque la protección frente al neoliberalismo, partiendo de unas falsas premisas, como si la libertad individual, el libre mercado y la mínima y racional intervención del Estado fueran elementos nocivos para una economía en desarrollo.

El año pasado, en sus sesiones ordinarias, ese Foro salió con perlas como aupar  las “justas protestas del pueblo argentino en contra del retroceso que representa el programa de gobierno de Javier Milei” y habrán de tragarse sus palabras frente a quien en un año bajó la inflación mensual del 13% al 3.5% y ahí va; también se han casado con la idea de “una sola China”, como si Taiwán -por ser capitalista- fuera pintada en el mapa, y se lamentan del crecimiento de las migraciones, “motivadas esencialmente por el impacto de las políticas neoliberales en Latinoamérica”, dicen, quizás sin saber que dentro del top 5 de exportadores de migrantes está su amada Venezuela, con 8 millones de almas en pena que huyen del hambre fabricada por el Socialismo del Siglo XXI.

El Foro parece estar, ciertamente, “desaforado” y para combatir la derecha, además de las mentiras del libreto, se han especializado en llenar los espacios digitales y las redes sociales y se han dedicado a “promover y fortalecer los medios alternativos” para publicitar sus propios embustes. Y se van a enredar con el tema de Venezuela, no obstante el libreto montado, y a Murillo, si pretende ganar votos, le toca salirse de él, para que le crean, y renunciar inmediatamente después de besar la mano de Trump, el próximo 20 de enero, pues ese cuentico de no legitimar el proceso electoral venezolano por falta de actas, pero sí estar en el besamanos de la proclamación del tirano Maduro, no se lo va a tragar nadie. Y si lo que pretenden es no dañar el proceso de “Paz Total” con sede en Caracas, pues habrán de saber que esa tal paz es imposible y está llamada al más estruendoso fracaso, como lo estará el Pacto Histórico en las próximas elecciones, con o sin actas.

Y para acabar de oscurecer el panorama, el lánguido y pusilánime Joe Biden, siguiendo las instrucciones de Petro y de Santos, “soltó la gata” antesitos de entregar el poder y decidió retirar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo copiando, claro, el ejemplo de “Santos Iscariote” cuando, al despedirse, dio en reconocer a Palestina como Estado libre, independiente y soberano…

 Post-it. La frase del Siglo en “Bety, la Fea” (en su antepenúltima temporada) de la “Peliteñida” a doña Marcela: “Ay, Marce, yo prefiero no tener dignidad a no tener celular”. ¿Sí, Aló?