La noche del martes murió en San Francisco, la primera reina del bossa nova Astrud Gilberto, la misma que prestó su voz a la Chica de Ipanema, compuesta en 1962 por Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes.
Cuando entré a aquel restaurante - ¿cómo se llamaba? - en Salvador de Bahía - ¿Jemanja? – todo indicaba que habíamos entrado al salón correcto en la parte fina de esta ciudad portuaria, de dos pisos, ascensor y tal. Menuda sorpresa me esperaba: allí estaba la foto de A. Gilberto. Era 2004. Y por supuesto que me inspiré y no pude sino recordar aquella voz de The Girl of Ipanema.
Fue Heloisa Eneida Menezes Paes Pinto quien efectuó la primera interpretación registrada en audio el 1 de agosto de 1962, en una sesión en un club nocturno de Copacabana llamado Au Bon Gourmet, con la participación de Tom Jobim, Vinicius de Moraes, João Gilberto, Os Cariocas, Otávio Bailly en el bajo y Milton Banana en la percusión.
La canción nació con el nombre de “Menina que passa”, y fue pensada para una comedia musical titulada Dirigível (Dirigible).
Creed Taylor buscaba repertorios nuevos para uno de sus protegidos, el saxofonista Stan Getz (Getz fue condenado a una cárcel de Los Ángeles en 1954 por posesión de heroína, luego de su intento de asaltar una farmacia de Seattle). Y decidió traerse a esos brasileños para grabar un disco. Fue así que, en marzo de 1963, Getz y Jobim grabaron “Garota de Ipanema” en Nueva York, con João Gilberto cantando en portugués y Astrud Gilberto en inglés.
Se mantuvo 96 semanas seguidas en el ranking de Billboard y se alzó con cuatro Grammy a disco del año, single del año, mejor solista de jazz y mejor grabación.
Éxitos como ‘Garota de Ipanema’, ‘Corcovado’, ‘Manhã de Carnaval’, ‘Água de beber’ o ‘Mas que nada’ no fueron impedimento para que lanzara varios álbumes, destacando ‘The Astrud Gilberto Álbum’ (1965) y ‘Look to the Rainbow’ (1966).
En 1965, Vinicius le dedicó estas palabras: “(…) Ella es el regalo de la vida con su hermoso y constante fluir”.
Olha que coisa mais linda, mais cheia de graça /É ela a menina que vem e que passa /Num doce balanço caminho do mar / Moça do corpo dourado, do sol de Ipanema / O seu balançado é mais que um poema /é a coisa mais linda que eu já vi passar.
“Amo y amaré a Astrud por siempre. Ella fue el rostro y la voz de la bossa nova en la mayor parte del planeta”, dijo su nieta Sofía Gilberto en la mañana de ayer al confirmar el deceso.
"Vengo a traer la triste noticia de que mi abuela se convirtió en una estrella hoy y está al lado de mi abuelo Joao Gilberto", escribió la nieta de la cantante.
Nacida el 30 de marzo de 1940 en Bahia (noreste brasileño), de madre brasileña y padre alemán, Astrud Weinert creció en Rio de Janeiro y a los 19 años se casó con Joao Gilberto, cuyo álbum "Chega de Saudade" acababa de seducir a los brasileños, en un nuevo ritmo de bossa nova.
El año 2001 fue el de la última aparición en escena de la artista que, tras un "Latin Jazz USA Award", se ganó un lugar en Nueva York en el Salón de la Fama de la Música Latinoamericana.
En 2008, un Grammy Latino la premió por toda su carrera. Lejos de los flashes, Astrud Gilberto vivía en Filadelfia, donde se dedicaba a pintar y luchar por la defensa de los derechos de los animales. Fue autora del ensayo "Animals, They Need Our Help!!!".