Como si fuera esta la semana de los exámenes finales, todos se sintieron “maestros cuchilla” calificando Duque, cuya gestión tanto nacional como internacional ha venido siendo objeto de grandes críticas. Los foros y debates periodísticos no lo favorecen. Se considera que se ha dedicado a fabricar una imagen de líder entrometiéndose en Venezuela, en destruir los acuerdos de paz, en programar leyes con nombre propio, en defender a los ministros que le impuso su gestor, en vender falsa imagen de un déficit heredado, en aplicar el espejo retrovisor para exculpar errores y en desgastar la imagen de la “mermelada”, para justificar los normales errores que cometen los gobernantes cuando inician sus mandatos.
Tal vez lo que más le ha faltado al gobierno del Presidente Duque, es un acuerdo con todos los grupos políticos que lo desliguen de la sombra del “eterno”, para proclamar independencia y notificar que es el presidente de todos los colombianos, como lo pregonó durante su campaña.
Infortunadamente la economía va mal, la ley de financiamiento fue un fiasco que solo permitió atiborrar de plata a los poderosos, el galopante desempleo empobrece a los colombianos y a Colombia. Por la rendija que se mire, se ven los desaciertos. Las torpes y desafiantes “jugaditas” del Centro Democrático enervan e irritan a la gente. El desacierto al “atornillar” los ministros impuestos por ¨La Sombra¨ es imperdonable. El expresidente López, decía: “no se puede nombrar a quien no se pueda desnombrar”. Esa es la encrucijada en que se encuentra el Presidente Duque.
Los más indulgentes y afectuosos dicen que “Duque es un joven bien intencionado” pero otros le agregan: “rodeado de malintencionados”.
En general, las cifras no salen, no satisfacen, no convencen y están salpicadas por la interminable mortandad de líderes sociales. Difícilmente el Presidente podrá conciliar un buen sueño, tener un momento de placidez o de reposo. Sus permanentes viajes deben parecerle interminables. El retrovisor que usan sus asesores debe llevarlo al desvelo porque cada vez, la munición se acaba para tapar las permanentes críticas, con supuestos errores del gobierno anterior.
El New York Times primero destapó los “nuevos falsos positivos” y luego The Economist hizo un crítico, crudo y preocupante análisis de la economía, que hace prever un déficit que obligaría a vender las joyas de la corona: Ecopetrol y otras que están produciendo importantes utilidades.
El examen del primer año es preocupante y debe poner a pensar seriamente al presidente Duque y a su Centro Democrático porque el color de rosa terminó, a tal punto que sus propios aliados, como la senadora María del Rosario Guerra, califican su gestión con un mediocre 3.7, mientras que los de otros observadores lo dejan en 2.
El Jefe del Estado debe releer lo que le planteó The Economist: “desligarse de la sombra de Álvaro Uribe”. La sombra, la sombra, la sombra.
BLANCO: Gol… Colombia 1 Aval 0… Sarmiento en el VAR
NEGRO: La primera masacre producto de la xenofobia y el odio a los inmigrantes inspirados por Trump.