Nueva cimera reflexión | El Nuevo Siglo
Jueves, 5 de Agosto de 2021

Con la mirada en cimeras realidades llego a una que, para los de mi generación, ha tenido lugar destacado con admiración y grande afecto: la PatriaLastimosamente, en el panorama universal, en diversas épocas se constata desinterés e indolencia por cuanto esta realidad significa, pero no es así, en tantos momentos y figuras de la familia humana, comenzando por cuanto rodea al Dios hecho hombre, Jesucristo. Tuvo Él aprecio, preocupación, vibrante amor por su patria terrena, grandemente destacado hace brotar lágrimas de sus pupilas ante los duros flagelos que caerían sobre Jerusalén por la cual tenía preocupación semejante a la ternura de la gallina que da cuidado a sus polluelos (Lc. 13,34). 

Una cosa es el patrioterismo sentimental, otra el acercamiento de mente y corazón a cuanto encierra esa sublime realidad, “Patria”, que es ir agrupando tan preciosos tesoros que entran en ella, que van acrecentando su grandeza. Es amor y desvelo de padre y madre por sus hijos, es aporte que da a cada ser humano cada familia bien constituida, que modela limpias y valiosas personalidades. Patria son los esfuerzos y heroicos sacrificios de desvelados ciudadanos que todo lo encaminan al bien general, y no a mezquinos egoísmos, es la entrega generosa y noble de educadores a llevar hacia lo alto, a sus alumnos, así como estudio y elaboración de desinteresadas normas que sabiamente encaucen, a los pueblos en superación económica y socialmente. Riqueza patria es entrega con mística y testimonio de verdades religiosas de parte de apóstoles del bien de todas las edades, nacionalidades y profesiones.  

En esta mitad de año, se van acumulando momentos destacados de nuestra historia de Colombia, que seguimos conmemorando con oración al cielo, con reconocido compromiso de difundir ideales realmente benéficos, con repulsa de cuanto sea menospreciar los valores que constituyen grandeza patria. Bella virtud es la gratitud y abundantes los premios ofrecidos por Dios a quienes la practican hacia madres desveladas, entre las cuales está la Patria. El Cuarto Mandamiento de la Ley Divina está dedicado a señalar “el amor a padre y madre”, entre los cuales está la Madre Patria, a quien tanto debemos. 

No debiera ser necesario recalcar en los bienes, que a diario nos brinda la Patria, ni ser indispensable recordar los sagrados deberes hacia esta generosa madre, pero son tantos los malos ejemplos de egocentrismo, de desbordado empeño por lo personal y lo grupal, que se ven en nuestros días, que se siente necesidad de proclamar, con insistencia, lo realmente benéfico y bendecido por Dios. Confortante y satisfactorio es servir a los demás, retribuyendo así a la comunidad tanto bien que de ella hemos recibido. Debe ser bello signo izar la bandera en los días patrios, pero que sea un pregón de cuanto cumplimos a diario con la Madre Patria.  

Buscamos salida a desoladores momentos en que nos entramos en nuestros días y advertimos los abismos a que lleva la falta de un bien cimentado patriotismo. Ante ello, repasemos todo lo que debemos a la Patria para aportarlo con amor y nobleza, con la ayuda celeste, y tendremos la inmensa satisfacción de ser buenos hijos de una Patria grande que todo se lo merece.  

  *Obispo Emérito de Garzón 

Email: monlibardoramirez@hotmail.com