ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 11 de Septiembre de 2012

La paz, un ‘negocio’

 

La paz es el mejor ‘negocio’ en que pueden incurrir las partes en conflicto. Al final del oscuro túnel del terror que causa la guerrilla de las Farc deberá asomar la luz de la resolución política del conflicto armado. Pese al desconcierto de familiares de las víctimas por lo que dijeron en Cuba los subversivos.

Empresarios coinciden en que este nuevo marco por la reconciliación nacional, le da un nuevo ‘aire’ a la economía. Sin embargo, no descartan recrudecimiento de combates.

Industriales estiman que el rostro de la economía lucirá mejor si el presidente Santos nos saca airosos en este nuevo intento de ponerle fin a la lucha armada.

Dicen que más allá de que la economía crecerá -arriba del 7% anual si hay cese absoluto de hostilidades-, el país recobrará confianza, la seguridad será tangible y viable establecer marco jurídico consistente con el logro de la paz.

Voceros de conglomerados económicos le notificaron al Jefe de Estado su confianza con el proceso que abre la primera quincena de octubre en Oslo, Noruega, y se nutrirá con interlocutores autorizados en La Habana y Caracas.

La constante de empresarios ha sido moderado optimismo sobre el eventual rumbo de nueva propuesta de paz.

Destacan el impacto favorable que tendría sobre costos de la seguridad empresarial un cese el fuego, entrega de armas y reinserción de guerrilleros a vida civil y actividad proselitista.

La inversión en equipamiento de seguridad en muchas compañías supera 15% de su presupuesto general. Desde escoltas, carros blindados, hasta sistemas importados de inteligencia y monitoreo, engordan el costo de ejecutivos en su afán de protegerse de un eventual secuestro o atentado terrorista.

Si Gobierno y Farc alcanzan marco jurídico para la paz y acaba el infierno de ataques a población civil, cesan atentados y plagios, y son liberados y reparados todos los secuestrados, política y economía van a tener un nuevo respiro.

A empresarios les suena que el cronograma de acercamientos con las Farc tenga metas y vencimientos para que el proceso no aborte por ausencia de objetivos y plazos.

Mientras más pronto se logre la terminación del conflicto mejor porque se evitará más derramamiento de sangre y afectación de infraestructura.

Dialogar en medio de las balas es un alto riesgo para el éxito de este intento de paz, pero a la vez podría mostrarles a las Farc lo inútil que resulta mantener confrontación cuando a la vuelta de la esquina llama la opción de su retorno a la sociedad y a la lucha política. Ese es el mejor ‘negocio’.