Orlando Cano Vallejo | El Nuevo Siglo
Martes, 2 de Junio de 2015

Reinventarnos

ES  ineludible: economía colombiana urge un plan de choque que la reactive, la saque del actual precario crecimiento y le sume confianza y dinámica.

Tiene razón el presidente Santos cuando anuncia un conjunto de políticas audaces que reanimen producción, empleo, exportaciones e inversión. Fundamental compensar la caída de ingresos petroleros y la incertidumbre que en sectores productivos e importadores causa la fuerte devaluación. Igualmente, es preciso generar confianza inversionista desde el punto de vista fiscal. Es claro que los hombres de negocios hoy están bajo influjo de una temida reforma tributaria que afinan expertos bajo el rótulo de estructural.

En el primer punto es preciso reinventarnos en términos de comercio exterior, producción y generación de ingresos. El país depende mucho del petróleo, tanto como lo hizo del café en los años 70 y 80. Sin embargo, es necesario asumir la responsabilidad política: el país no es sólo petróleo, flores y café. Hay que soltar las amarras, tener visión, ser innovadores, talentosos y emprendedores, claro, con el apoyo del Estado.

Si le va hoy terrible al café, la culpa es de muchos. No es darle la espalda a una caficultura que por décadas le tendió la mano social al país, pero es importante mirar al frente y observar más allá del amargo tinto. Flores, níquel, manufacturas, cuero y artesanías, metalurgia y metalmecánica, tecnología, comunicaciones, servicios, sistema financiero, infraestructura global, son asuntos que demandan imaginación, creatividad y decisión política.

Existen herramientas financieras para apoyar a las Pymes. Hay promoción de exportaciones menores. Hay crédito en pesos y en dólares de Bancóldex para impulsar otros frentes con vocación exportadora. La lógica supone darles la mano a miles de empresas que pagan impuestos, innovan en ciencia y tecnología, modernizan y reconvierten, pero necesitan músculo financiero para expandirse comercialmente.

Los reintegros por petróleo y café son vitales para la economía, pero si los precios caen en mercados del mundo y llegan menos pesos al país, diversifiquemos la oferta exportadora, abramos nuevos mercados e incentivemos la productividad agroindustrial en las regiones. Un plan de choque extensivo a industria y comercio que les simplifique la manera de hacer empresa, que les haga amable el endeudamiento y atractiva la inversión. Lo primero es transmitir confianza a los productores que tienen compromisos comerciales internacionales. Lo que más reclaman mayoría de empresarios es estabilidad en reglas de juego, en lo tributario y en seguridad jurídica.

Echarle carbón al tren del crecimiento económico significa que la locomotora del desarrollo no descarrile por culpa de un clima enrarecido en materia de impuestos, mala infraestructura, altos costos de transporte e inseguridad.

Cada sector económico es un vagón del tren que necesita combustible-estímulos para llegar a la estación. Debemos dejar tasas raquíticas de crecimiento y volver arriba del 5% anual.