Orlando Cano Vallejo | El Nuevo Siglo
Jueves, 31 de Marzo de 2016

MIRADOR

Economía y paz

 

Economía y paz, los dos avatares del Presidente Santos este segundo trimestre que inicia mañana.

 

A la economía nacional le ocurrió el primer trimestre de 2016 lo mismo que al proceso de paz con la guerrilla de las Farc: se enfrío y siguió sufriendo desaceleración.

 

Lo uno va con lo otro, es ineludible. El estado de ánimo de los colombianos va ligado a dos componentes: su economía de bolsillo y el éxito o retroceso de la mesa de diálogos en Cuba.

 

Al empresario le va mejor y se siente optimista cuando Humberto De La Calle anuncia logros en La Habana. También cuando se conocen cifras de crecimiento industrial.

 

El comercio, a su vez, padece los mismos síntomas. Siente desaliento por los tropiezos en los diálogos de paz, tanto como por la caída en ventas y facturación.

 

Significa entonces que el estado de ánimo de las gentes va relacionado con la marcha de la economía,  de la política y del intento por una salida al conflicto armado.

 

No en vano el pesimismo crece en los hogares frente al Gobierno, la economía y el país cuando se leen comunicados adversos al logro de la paz.

 

Igualmente, aumenta la desconfianza ciudadana -lo dicen encuestas gremiales y de fundaciones económicas- cuando se conocen datos sobre desempleo, menores exportaciones, aumento de la pobreza, desigualdad e inequidad, y por supuesto, menor crecimiento y nueva reforma tributaria.

 

Es psicológico. El impacto de los avances o retrocesos del proceso de paz sobre la percepción de los consumidores es notable.

 

También pesa mucho en el grado de nerviosismo e incertidumbre, el rumbo que lleva la economía nacional, aunque ello sea en parte por efectos del mercado global.

 

El fin de este primer trimestre marcó desesperanza en los rostros del país por no cumplirse la fecha del 23 de marzo para la firma de la paz.

 

El comienzo de este segundo trimestre señala las dos caras de la moneda. De un lado, la expectativa por el desempeño de la economía, del dólar, del petróleo, del empleo, la vivienda, el costo del dinero, y la seguridad.

 

El segundo plano tiene que ver con la información que los negociadores en La Habana y el Presidente Santos transmitan sobre el curso de los diálogos. Es un punto que tiene en suspenso al establecimiento, pero también a los hogares.

 

La paz y la economía buscan un lugar de encuentro que recupere la confianza y despeje el clima nacional.