Otro grande se nos va | El Nuevo Siglo
Jueves, 6 de Febrero de 2025

No acabamos de lamentar la desaparición de nuestro maestro de Derecho Internacional, Rafael Nieto Navia, cuando nos golpea otra sensible pérdida: Gabriel Melo Guevara. Antes de ser nuestro profesor de Derecho Constitucional en la Javeriana lo había conocido en las instalaciones de El Siglo, donde escribíamos, dentro del ámbito de relacionados con Álvaro Gómez Hurtado, y en nuestra experiencia estudiantil con el movimiento BRAS (Brigadas de Acción Social) del cual era, junto con el propio Álvaro y Alberto Dangond Uribe, sus líderes espirituales, movimiento que en “el barro” lideraban Rubén Darío Lizarralde, también javeriano (exministro de agricultura, salvador de Indupalma y Bioenergy) y Carlos Alfredo Quiñones, abogado rosarista, empresario vinculado con el sector asegurador.

De talante puramente conservador, doctrinario del derecho, es especialmente recordado por libros como El Estado y la Constitución, Poder Constituyente, Política para el Desarrollo, Democracia con Seguridad y Derecho al Futuro; las universidades Javeriana y Sergio Arboleda fueron sus centros de operaciones académica y docente y en la última perteneció a su Consejo Directivo; fue Conjuez en la Corte Suprema de Justicia y en la política y en la administración pública tuvo los cargos más importantes de este país: Concejal de Bogotá, Senador de la República, Ministro de Desarrollo Económico y de Comunicaciones, Gobernador de Cundinamarca, etc.

Fue un paradigma de superación personal, tal como nos lo recordaba nuestro decano, Gabriel Giraldo S.J. Pocos, como él, llegan tan alto viniendo de una familia tan humilde, cuya madre, doña Gabriela, lo sostenía a punta de lavar y planchar ropa para otras familias, lejos de pensar que cuando había elecciones presidenciales siempre estaría en la baraja y allí lo acompañamos varias veces, junto con Roberto Camacho Weberberg, congresista, también directivo y profesor de la Sergio Arboleda, temprana y accidentalmente fallecido.

Siendo Director de El Siglo, habiendo relevado a Álvaro Gómez luego de su nombramiento como Embajador en Washington, el doctor Melo me encomendó -anécdota agridulce- una misión especial: esperar al doctor Bernardo Gaitán Mahecha, Ministro de Justicia, a que saliera de clase y pedirle una entrevista para el periódico sobre un tema específico, que no recuerdo. Pero nada que salía de clase y en el preciso momento en que tuve que correr detrás del coordinador del Consultorio Jurídico para resolver un problema urgente, al regresar a montarle guardia al señor ministro, de éste ya no quedaba rastro alguno, se fue sin dejarme saludes, y volver a verlo en persona era casi un imposible metafísico.

Aunque conmigo siempre fue cálido y cordial, era un hombre serio, tímido, con una muletilla nerviosa, atoramiento sobreviniente cuando hablaba en público, y una vez, cuando algunos exconcejales le hicieron un homenaje, uno de ellos -de cuyo nombre no quiero acordarme- al presentarlo y antes de cederle la palabra salió con la perla: “Queridos miembros y miembras (sic) del Directorio Conservador”, y al punto se le alborotó al doctor Melo la muletilla –a manera de “golpecito en el exhosto”- antes de empezar a conjugar el verbo platicar. Le sobreviven su esposa, Diana Sofía Giraldo, notable comunicadora social, y su hijo Gabriel, recién egresado del derecho javeriano y de quien se dice ser tan brillante como su padre. Qué gran hombre se nos va. Enorme pérdida para la academia, para el Partido Conservador y para un país en llamas.

Post-it. Vaya divertido el nuevo reality de la TV: “La Jaula de los Locos y las Locas”, que reemplazó el antiguo Consejo de Ministros de gobiernos serios. El loco mayor, “Nerón Petro”, en su nebulosa, presentó al nuevo “loquito” del circo: Armandito, abucheado por buena parte del público. Todo parece explicar por qué este país está ardiendo…