“El Hijo del hombre no ha venido para ser servido sino para servir” (Mt.20, 28), dijo Jesús, quien vino a abrirnos camino de positiva realización, dándonos ejemplo de vida. Me referí en columnas anteriores a la sucesión en la Sede Primada de Colombia, que entrega el Cardenal Rubén Salazar al Arzobispo Luis José Rueda. Me remontaba a poner de presente que toda esa progenie avanza al propio Jesucristo, el Servidor, que para esa tarea entregó poderes a los Apóstoles y a sus Sucesores. En esa lista de servidores de dos milenios y en nuestro Continente Americano cinco centurias, recordaba que en Colombia se inició en 1513, en Santa María la Antigua del Darién, con el Obispo misionero Fray Juan de Quevedo, y como primer Arzobispo de Santa Fe de Bogotá con Fray Juan de los Barrios en 1562.
Con el correr de los años, y en ese ambiente de servicio de la Iglesia, hay en este 2020, en Colombia, un total de 77 jurisdicciones eclesiásticas. Son 14 provincias, coordinadas por Arzobispos, 53 Diócesis, 9 Vicariatos Apostólicos, y un Obispado Castrense. En estas jurisdicciones hemos tenido eminentes Prelados, sobre los cuales ya he hecho memoria, pero en este año, por llegar varios de ellos a la edad canónica de renuncia, les ha sido aceptada. Se han tenido recientes posesiones, y van saliendo nombramientos, hechos por el Papa, para nuevas feligresías.
En Tunja se posesionó Monseñor Gabriel Villa, quien llevaba dirigiendo con gran celo pastoral la Diócesis de Ocaña. Es sucesor allí de connotados jerarcas como Mons. Eduardo Maldonado, Crisanto Luque, Ángel María Ocampo y el gran catequista Mons. Luis Augusto Castro. Para Ibagué, ha sido designado, Mons. Orlando Roa, habiendo entrado a suceder allí a Mons. Pablo Salas, quien pasó a Armenia y Barranquilla. En Ibagué y el Espinal, entra en sucesión de destacados Pastores, como el Siervo de Dios Ismael Perdomo, huilense, de connotadas virtudes, y recientemente, a Mons. Flavio Calle, connotado Pastor.
Es de destacar que Florencia, Caquetá, fue administrada por Misioneros Capuchinos desde Sibundoy, luego, desde 1951, como Vicariato Apostólico por Misioneros de la Consolata, creada como Diócesis en 1985, y, ahora, elevada Arquidiócesis, el 13 de julio de 2019. Fue designado como Arzobispo Mons. Omar de Jesús Mejía, quien la regia, como Diócesis, desde 2013. En Florencia fueron Vicarios Apostólicos, de gran mérito, Consolatos Italianos, Antonio Torasso y Ángelo Cuniberti, llegando, luego, como Obispos Diocesanos, los muy apostólicos Prelados José Luis Serna, Fabián Marulanda y Jorge Ossa, el penúltimo fue, luego, eficiente Secretario General del Episcopado, y, el último, es hoy Arzobispo de Pamplona.
Nuevas designaciones pontificias se han hecho en estos últimos meses, como las de Mons. Francisco Ceballos, Redentorista quindiano, quien desde 2010 prestaba sus servicios pastorales como Vicario Apostólico en Puerto Carreño, trasladado a Riohacha, de donde sale el dinámico Obispo Héctor Salah, que se formó, como varios Sacerdotes, al lado del benemérito Padre Luis María Fernández, Pafer, fundador de la Central de Juventudes.
*Obispo Emérito de Garzón
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