“Trabajo en equipo y visión de país”
La Pascua está unida con la alegría, con la Resurrección de Jesús, “de una alegría que no se limita a esa época del año litúrgico, sino que se asienta en todo momento en el corazón del cristiano”, como decía San Josemaría Escrivá, para quien el tiempo de Pascua, es el estallido de la alegría, pues se extiende desde la vigilia Pascual hasta el domingo de Pentecostés.
Cuántos quisieran vivir en esa pascua permanente, en la alegría frente a la adversidad, pero, la realidad de las universidades colombianas es otra en este momento, que es el del reto de la modalidad mixta de trabajo, de al presencialidad al apoyo de la virtualidad, a la virtualidad plena.
El doctor Obdulio Velásquez, presidente de Ascun y rector de la Universidad de La Sabana, la semana anterior, en la apertura al ciclo de webinars, expresó que las instituciones están frente a decisiones de impacto en un momento de crisis e incertidumbre, y este momento de crisis le han mostrado al país que la educación superior es un sector con capacidad de respuesta, que está generando alternativas para mitigar el impacto de la necesidad imperiosa del aislamiento físico y están utilizando diversas y oportunas herramientas para garantizar acceso remoto, superando restricciones y dificultades.
Pero, si bien las universidades asociadas en Ascún, le expresaron el 1 de abril al Presidente Duque la solidaridad en estos momentos en que le ha correspondido ejercer el liderazgo frente a una crisis sin precedente en la historia reciente de Colombia y el mundo, haciendo un llamado de solidaridad y acompañamiento a su liderazgo en la búsqueda de un futuro con equidad, legalidad y competitividad para todos los colombianos.
Sin embargo, el gremio universitario, fue enfático en solicitarle al jefe de Estado y a su Ministra de Educación Nacional, facilitar mediante todos los mecanismos gubernamentales disponibles los flujos de caja que permitan a las IES reaccionar de manera inmediata con el apoyo necesario y suficiente a los actuales estudiantes y comunidad educativa, así como los apoyos que se requiere para evitar la deserción previsible para segundo semestre y que será progresiva y creciente, dependiendo de los diferentes impactos financieros y sociales de la pandemia, al que se verán enfrentados muchos jóvenes que dependen económicamente de su trabajo diurno para el pago de la matrícula nocturna, habrán perdido su trabajo, o sus padres o alguien cercano, lo cual impedirá la llegada a clases en el segundo período del año, e incluso en los cursos intersemestrales de junio y julio.
Otro aspecto importante, es que en algunas universidades, no todos los estudiantes tienen acceso a un equipo de cómputo, que la mayoría de la veces comparten los padres y varios hermanos para el seguimiento de las clases virtuales, razón por la cual es inminente implementar subsidios dirigidos a la comunidad universitaria económicamente vulnerable para facilitar el acceso a equipos de cómputo y a la internet como servicio básico de la canasta familiar, exonerándolo del pago del IVA.
La actividad de universidades como La Gran Colombia, que es un gran proyecto social con estudiantes en un 84% de estratos 2 y 3 de la población, ha seguido adelante, incluso con mejores resultados que otras instituciones que desde hace tiempo le apuntan a la virtualidad. Nuestro secreto: Trabajo en equipo, optimización de recursos y visión de país.
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