En medio de los clamorosos llamados del Papa Francisco a no sumar motivos para no afrontar unidos el innegable declino ecológico del mundo, después de reclamar ética y veracidad en las informaciones que no deben ocultar los reales graves peligros ni crear falsas ilusiones, y evitar hablar de “tierra arrasada si no se aportan prevenciones”, hay qué “evitar, la lógica del máximo beneficio con el menor costo”. Se requiere decidido empeño por ofrecer a los humanos “Igualdad de oportunidades, y oír el llamado de la propia conciencia, y, ante los hijos que pagarán las consecuencias, preguntarse: “¿qué sentido tiene, en definitiva, mi trabajo y mi esfuerzo?” (n. 33).
Pasa, el Papa, a denunciar “la debilidad política internacional”, con ponderadas calificaciones sobre estilos de autoridad, creadas y centradas en una o pocas personas como “élite del poder”, que tenga eficacia estable y evite individualismos. Como camino de soluciones considera que no se darán con revivir el “viejo multilateralismo”, sino “reconfigurarlo y recrearlo según la nueva situación mundial”.
Viene, así, a crearse una nueva sensibilidad social hacia los más débiles, llevando a poner énfasis en el primado de la persona humana, que es preciso defender; que prime sobre conveniencias locales y circunstanciales, y se dará paso a las potencias emergentes, cada día más relevantes. Es de advertir que la vieja diplomacia sigue más aportando importancia, y la necesidad de su experiencia secular no puede ser desechada. “El mundo se vuelve multipolar y reclama reconfiguración”. No basta pensar en “equilibrios de poder”, sino en reales respuestas a nuevos desafíos. Es preciso llegar a reglas globales eficientes que permitan asegurar una tutela mundial.
Dentro de la seriedad de esta gran Exhortación, pasa el Papa a decir una palabra, sobre las “Conferencias sobre el Clima”, de ver avances y fracasos, a las que 190 países envían serios legados. Algunos con más claros resultados que otros, iniciándose en Rio de Janeiro en 1992, con pasos destacables la Cop Kyoto 1997 Japón, con compromisos de implementación de programas para reducir efectos de cambio climático, en el cual se señaló como principales responsables a los países ricos. Se destaca la importancia la COP París 2015, con acuerdos que llevaron la más amplia involucración de empeños concretos sobre caminos de regular temperatura. Siendo objetivo, llega el Papa Francisco a reconocer escasos resultados y hasta “descalificación” de la COP25 Madrid 2019, con esfuerzos de superación Glasgow 2021, con nuevas exhortaciones.
Llegando a últimas situaciones, que necesariamente inciden el gran tema climático, del n.50 en adelante se refiere, el Papa, a la más reciente Cop24 de Sharm el-Sheikh, en Egipto, en noviembre del 2022 bajo el lema “juntos para la implementación”. Conferencia realizada al inicio de la invasión rusa a “Ucrania”. Hay signos de avances, pero es poca la participación de países en desarrollo, falta mucho por concretar y en los acuerdos, hay bajo nivel de implementación, que tendrá como consecuencia un recuerdo de “falta de conciencia y responsabilidad”.
Con mirada y esfuerzos esperanzadores hacia Cop28 en Dubái concluye el Papa su gran Exhortación. (Continuará).
*Obispo Emérito de Garzón
Email: monlibardoramirez@hotmail.com