Colombia inicia septiembre con dinero para responder a financiación de desarrollo productivo, con responsabilidad para emparejar fomento e impulso en pequeñas, medianas y grandes empresas, para iluminar cuanto antes, un plan efectivo en generación de empleo.
Se ha destacado que el país con recursos del Fondo Monetario Internacional tendrá 2.750 millones de dólares, obtenidos mediante la venta de ISA y como si fuera poco; en realidad las reservas internacionales en este mes suman 58 mil 310 millones de dólares.
Sobra advertir que el actor primordial para emprender el despertar en sectores vulnerables de la Nación es el Gobierno Nacional, con batuta ojalá bien dirigida por el jefe de Estado; y no por comisionados que, mal estaría integrarlos ahora, con virus politiquero y con cercana pandemia electoral para 2022.
De manera que el Gobierno Nacional debe comenzar la inminente aplicación de estrategia para hacer frente al desempleo, ante el desborde que arroja cerca de 3 millones 700 mil personas sin nada, buscando sustento legal para lo personal, y de grupo familiar.
Pensando atrás, se recuerda que estas escenas se repiten en el país, hace décadas, ante la carencia de política social firme y, consistente para sociedad, con derechos y garantías ciudadanas.
Se puede concluir que los mensajes institucionales se han repetido, mes a mes, saturados de intenciones piadosas, prometiendo resultados de gobierno con economía, para superar dificultades, con viceministros.
Ojalá el mensaje del presidente Duque preserve contenido concreto y rumbo para financiación con plan asistencial en materia social y atención médica, sin repetir vacunación, con videos captados en poblaciones de departamentos lejanos.
Los propósitos han sido los mismos: “Estamos trabajando para reducir, lo más el desempleo”. Así se inflan ilusiones. No se trata ahora de señalar culpables a funcionarios de gobiernos, sino de despertar, de arriba hacia abajo, responsabilidad para Plan Laboral de país y no de vereda.
En contraste, el país se admira en el exterior, según el Banco Mundial, está a la cabeza de seis países de Latinoamérica, con 7,5% en desempeño, al iniciar el segundo trimestre; y desempleo de 17 % en el continente.
La Organización Continental de Desarrollo Económico -OCDE-, acogió al país, como adherente para asesorar, orientar y evaluar, indicadores en finanzas, mercados de comercio en economía en general. Calificó de prudente, la política fiscal y manejo de finanzas.
Sin embargo, en junio el mensaje directo al Gobierno Nacional invitó a impulsar empleo como requerimiento inaplazable, que activa producción y servicio logístico en puertos y sistemas de administración, negocios y empleo”.
La iniciativa debería ser prioridad para los precandidatos, si la traducen como responsabilidad; además de agregar el esfuerzo de producir con mano de obra; igual si insisten en justicia social; así aliviarían impuestos, en impuestos y gravámenes frente a Reforma Tributaria.
Es la ruta, al estimular trabajo con respuesta humanitaria aplaudible. Y es contrario, con paros y marchas de huelguistas a medianoche, para envenenar a desempleados. Si se crea protección, mejor sería institucionalizar un verdadero concurso nacional denominado, ¡Pilas al empleo!