¿Quién ganó? | El Nuevo Siglo
Lunes, 12 de Marzo de 2018

Hoy se levantarán muchos ardidos de la quemada de ayer. Algunas serán justas y merecidas y otras le dolerán no solo al chamuscado, sino también al electorado que quería ver a su candidato/a triunfador. Pero así es la democracia. Y al escribir que “así es la democracia”, en mi mente hay una gran contradicción, porque la Democracia, con D mayúscula, debería ser efectiva y eficiente para garantizar que los mejores seres en la sociedad, en efecto, la dirijan. En Colombia la democracia se vive con “d” en minúscula, porque los caciques electorales y los aprendices de cacique, aprendieron a torcerle el pescuezo al sistema y a punto de compra y venta de conciencias, empleos, tamales y contratos, obtienen las curules en Congreso de la República. El lugar en donde legislan las leyes que nos regirán, pero que parece más el lugar en donde legislan para ellos mismos y sus propios intereses

Me alegra que se hayan terminado estas legislativas, porque el nivel de publicidad invasiva fue desesperante. Recibí varias llamadas a mi celular con el angustioso llamado del candidato pidiendo el voto. Mensajes de texto, cadenas en WhatsApp por la mañana, al medio día y hasta en el amanecer recordando cómo era que se hacía para votar. Ese grito desesperado de “elíjame a mí” se traduce en una publicidad mentirosa en la mayoría de los mensajes. Hoy seguramente amanecimos con más o menos los mismos congresistas.

Creo sin embargo, que hay gente buena, gente excepcionalmente inteligente que entrega hasta las tripas y se hace matar por trabajar con decencia. Pero hay muchos, muchísimos otros cuya elección se basa en que su profesión de ser político, no les permite ser otra cosa, están metidos en el torbellino del poder seductor del ego, y ese empalague no les permite ni actuar diferente, ni dejar el espacio para que otros diferentes lleguen. Se acostumbraron al poder, la plata fácil, la trampa, canjear puestos por leyes y a vivir a costa de los colombianos.

Confiemos en que lo bueno prime más y que estas legislativas que definirán el futuro de la primera vuelta presidencial, esté llena de ganadores sensatos y humildes.

A los quemados, no queda otra que untarse pomadita y reanudar sus actividades con humildad cuanto antes. Me da consideración de mucho quemado bueno que tenía la ilusión de trabajar de manera honesta por el país. Da grima, que los colombianos no permitamos que gente decente nos gobierne. Tristemente la compra de votos como tantas veces en el pasado seguro ganó. Esos que los compraron hoy estarán celebrando con carcajada sonora su victoria. Afilaran dientes para lo que viene. O sea, recuperar lo que gastaron.