RAFAEL GÓMEZ MARTÍNEZ | El Nuevo Siglo
Jueves, 13 de Septiembre de 2012

Guerra y paz  (I)

 

El 7 de octubre de 1571 se produjo una de las batallas más importantes: la batalla de Lepanto. Fue la última batalla con galeras navales.

En 1570, después de unos años de tranquilidad, los turcos inician un proceso de expansión militar. Atacan los puertos venecianos del Mediterráneo. Atacan a Chipre con 300 naves y a Nicosia. Antes, en 1453, los turcos se habían tomado a Constantinopla, cerrando las puertas al comercio entre Oriente y Occidente. Venecia le pide ayuda a Roma.

Ese día, el 7 de octubre, los turcos contaban con un ejército tres veces superior al de la Liga Santa, cristiana, en cabeza del infante Juan de Austria.

Como Constantinopla se había convertido en el eje central del comercio entre Oriente y Occidente, los turcos todavía tenían recursos económicos importantes. Así las cosas, la batalla estaba dada.

Lepanto se ubica en la costa griega y era un punto de comercio relevante. La batalla fue terrible. Los feroces turcos comandados por Alí Pachá, descuartizaban por el cuello y la cintura a los cristianos. Después de un acto valiente y heroico Alí Pachá murió por un tiro de arcabuz y su cabeza fue puesta en una pica.

Los cristianos fueron los ganadores contundentes de la batalla y solamente así se firmó una paz duradera entre los otomanos y los cristianos.

Cuentan que el papa San Pío V rezó el Rosario. Dicen que la Virgen del Rosario se apareció 7 veces en el campo de batalla. De ahí que el 7 de octubre sea el día de la Virgen del Rosario.

Venezuela se juega su futuro el 7 de octubre. Capriles está solo. Con sus ideas. Contra la marea. En una batalla desigual. Él lo sabe. Pero ha logrado vencer el miedo.

Ante el silencio cómplice de la comunidad internacional se están produciendo una serie de irregularidades. Por ejemplo: el número de inscritos. Los ataques con bombas lacrimógenas. La insulsa OEA no dice nada. Igual, no sirve para nada.

Capriles está librando una batalla fundamental para el futuro de Venezuela. Y de Colombia. Y de América Latina. Si Capriles gana se jodió ¡candanga!, como dice un amigo en Venezuela. Mientras tanto, yo rezaré el Rosario.

Puntilla. “Un país donde el presidente es un Santos, el director del primer periódico del país está casado con una Santos, el director de la revista más importante es un Santos, el que está trabajando tras bambalinas por la paz es un Santos y el que le hace la oposición es un Santos. Esto, no existe ni en África". Puntillón. Lo dijo Francisco Santos. Y eso que ni Eduardo, ni don Hernando Santos están. ¿Concentración de poder? ¿De riqueza? No, qué va. Después nos piden a nosotros que distribuyamos mejor los ingresos. Esto está para el monólogo de Caballero. ¿Tragarnos ese sapo?