RAFAEL GÓMEZ MARTÍNEZ | El Nuevo Siglo
Jueves, 4 de Julio de 2013

La Malaisebrasilera

 

En Blu Radio, Néstor Morales entrevistó a Luis Enrique Cardoso quien sostiene que “para la presente generación brasilera es una novedad las protestas que se están presentando”. Comenta Cardoso que “él, como estudiante, participó en las revueltas de mayo de 1968 y que también fue novedoso, en ese entonces, el fenómeno porque si de algo se sentían orgullosos los franceses era de su Libertad, Igualdad y Fraternidad”.

Después de mayo del 68 quedó claro que no había tal. Que no había tanta libertad, tanta igualdad y tanta fraternidad entre los mismos franceses. Y que no era tanta la novedad. En el fondo, las protestas de mayo 68 no eran más que la expresión de un síntoma de que algo andaba mal.

Tony Judt sostiene que parte de la crisis social y económica que embarga a casi todos los países de Europa corresponde al mal uso que se conoce como el famoso Estado de Bienestar.

Por ejemplo: para adecuar los estadios de la Copa de Confederaciones, dicen que el Gobierno brasilero se gastó, en el solo Maracaná, estuvo cerca de un maracanazo con Uruguay e Italia, más de US$ 60 millones. El Estado de Bienestar en su máxima expresión.

Si no ganan, ¿qué pasa? El pueblo hubiera reaccionado de una manera airada, no solamente porque en Brasil el tema del fútbol es de vida o muerte sino porque el desequilibrio social y económico es evidente. Algo anda mal en Brasil.

Mientras tanto circula por la red de Facebook un video de Carla Dauden, una estudiante brasilera en los EE.UU. quien se rebeló. Toda una clase de política y de macroeconomía en un video de tan solo 15 minutos. El video se llama: No, I ´m Not going to Brasil.

¿Por qué se producen esas manifestaciones en un país que es un modelo de desarrollo económico y social para la región?

Lo primero que tendríamos que decir es que cuando la gente, el ciudadano, se manifiesta es por alguna razón. Por alguna insatisfacción. Por algún malestar. En francés para expresar el sentimiento de malestar existe la palabra malaise. O, simplemente, porque algo anda mal, como en Bogotá.

Ese malestar se presentó durante la Revolución Francesa. El exceso de concentración de riqueza del rey Luis XIV fue la principal causa de la revolución, sumado a la falta del pan francés. Un francés, sin pan francés, impossible.

El Rey Sol no leyó adecuadamente el malestar de los parisinos. Se hizo el de la vista gorda. A tal punto que los parisinos le llegaron a su palacete lo sacaron y lo decapitaron. ¡Ah! le français.

En la región, los gobernantes déspotas de la izquierda latinoamericana del siglo XXI hacen caso omiso de la malaise general. Como en Bogotá.

Puntilla. Emmanuel Kant, leyó adecuadamente los primeros síntomas de la Revolución Francesa. Es cuando se produce su magistral obra filosófica.