RAFAEL NIETO NAVIA | El Nuevo Siglo
Martes, 18 de Diciembre de 2012

¡Vade retro, Satana!

 

Por  aquí anduvieron la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Virrey José Miguel Vivanco. La primera hacía una visita por invitación del Gobierno al final de la cual, con bombos y platillos, anunció que retiraría “provisionalmente” a Colombia de la “lista negra” del capítulo IV del Informe Anual de la entidad, en la que Colombia siempre aparece conjuntamente con Cuba y Venezuela, anuncio que generó euforia en el alto Gobierno. La realidad es que el Consejo Permanente de la OEA le “recomendó” eliminar las listas negras porque violan el principio de igualdad de los Estados y que Colombia ya no “está entre ojos” de la CIDH, como en la época del presidente Uribe. El secretario general de la entidad dio unas flamantes declaraciones -lo que, de paso, no aparece en sus atribuciones-  sobre la necesidad de no aprobar la reforma al fuero militar porque crea impunidad.

El Virrey, por su parte, hizo lo propio. A él no le interesó que la situación violaba el artículo 221de la Constitución, “derogado por un acuerdo” -¡increíble!- entre los entonces  Fiscal General, Mario Iguarán y Ministro de Defensa, Camilo Ospina. El Consejo de Estado consideró que el acuerdo era inconstitucional, como lo era, pero el Ministro de Defensa, Gabriel Silva, apeló esa decisión y, desde entonces,  estamos esperando la sentencia.

Los casos que envolvían militares fueron a parar a la justicia ordinaria que operó con la presunción de que los militares eran culpables aunque demostraran lo contrario. Para el Comandante General de las FF.MM., actualmente la Fiscalía General lleva a cabo 7.800 procesos en contra de uniformados por diferentes delitos. Se han impuesto más de 200 sentencias condenatorias.  Esto es más que lo que hay contra las Farc y el Eln sumados.

Una tal Federación Internacional de Derechos Humanos luego de enarbolar una pancarta que dice “Corte Penal Internacional-CPI”,  dijo que la reforma al fuero abre las puertas de la impunidad. Y salta al ruedo (perdón, alcalde Petro) el parlamentario Iván Cepeda que dice que va a demandarla.

A esta caterva de mamertos, coreada por las ONG de marras, les respondieron, por fin, el Gobierno y el Congreso al aprobar la reforma: “!Vade retro, Satana! Este país se gobierna por quienes eligió el pueblo y no aceptamos presiones de los virreyes y sus cohortes”, Al Congreso, que supera por un punto la pésima opinión que de las altas cortes tiene la opinión pública, hay que abonarle este acto.

La Corte Constitucionaldeberá tener en cuenta la ley y los altos intereses de Colombia. Ante la CPI se tendrá que demostrar que la reforma ha generado impunidad. Pero ¡ojo! nunca se sabe por dónde salta (y asalta) la liebre.

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Coda. El Parlamento Europeo aprobó el TLC. Ahora deberá ser refrendado por la totalidad de los parlamentos de la Unión. Si no lo hacen, ellos serán los perdedores porque sus productos tendrán que competir con los de otros países que sí tienen TLC con Colombia.