RAFAEL NIETO NAVIA | El Nuevo Siglo
Martes, 20 de Diciembre de 2011

La Navidad

La Navidad es para los cristianos la conmemoración del nacimiento del Niño Dios, una fría noche en la que María y José tuvieron que refugiarse en un pesebre de Belén, donde la Virgen dio a luz a Jesús, el Salvador, el Cordero de Dios, el Rey de Reyes. Es, por consiguiente, una fiesta religiosa, alegre como todo cumpleaños, precedida de una devoción que es la novena, en cuyas reuniones no puede faltar el vino que, según el Eclesiástico (30.87) “beberlo con templanza es salud para el alma y para el cuerpo”.

Hace más de cuarenta años mi abuela solía decir: “Llegó la Navidad con todos sus horrores”. Ya para entonces la fiesta estaba perdiendo su carácter religioso, el árbol empezaba a sustituir el pesebre, los intrusos Papá Noel y Santa Claus iniciaban su invasión pagana y había que comprar regalos no solamente para los niños sino para todos.

En el mundo anglosajón ya no se dice “Feliz Navidad” o “Felices Pascuas” sino “Felices Fiestas”, porque para muchos se ha perdido el carácter religioso de la conmemoración. Incluso hay quienes protestan cuando se hace alguna referencia a la Natividad porque, dicen, se atenta contra la libertad religiosa. Esta institución, respetable por supuesto, se usa ahora para impedir que los cristianos exhibamos nuestros símbolos religiosos, como pretendió Zapatero en España y como se intentó en Italia aunque, finalmente, la Corte Europea no le dio curso a semejante idea. Recordemos que a un juez de Alabama se le obligó a retirar una placa con los Diez Mandamientos por considerarla ofensiva para los no cristianos y los ateos. Y en Australia se ha intentado sustituir las siglas inglesas BC (antes de Cristo) y AD (año del Señor) por algo como BCE (antes de la era común) y CE (era común) para que no se haga referencia alguna a Cristo. Se pretende, ni más ni menos, borrar de la historia a Jesucristo. No va a ser fácil, por supuesto, pero no soplan vientos favorables.

La persecución religiosa contra los cristianos es rampante en los países islámicos, incluso en algunos que antes eran neutrales, como Malasia, Turquía o Egipto donde hoy se les aterroriza y se incendian templos y escuelas. También en naciones de raíz cristiana, como algunas europeas, la “moda” es perseguir cristianos. Y conste que no estoy hablando solamente de católicos porque contra estos la cuestión es peor. Incluso en Colombia tenemos francotiradores.

Debemos recordar, sin embargo, que las persecuciones están profetizadas en los Evangelios, que los cristianos seremos al final solamente un “resto” y tenemos que estar preparados para el final, fieles a los principios y enseñanzas de la Iglesia, tratando de imitar a Cristo. ¡Ven Señor Jesús, ven no tardes tanto!

¡Feliz Navidad!

Coda. Santos rechazó la carta de los presidentes del Consejo de Estado y de la Corte, la Fiscal y el Procurador sobre la reforma a la Justicia. Pero no mencionó que está llena de lugares comunes y sin ningún argumento jurídico.