RAFAEL NIETO NAVIA | El Nuevo Siglo
Martes, 5 de Junio de 2012

El galimatías

 

José Miguel Vivanco era un joven abogado que trabajaba en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos cuando yo lo conocí, hace 25 años. En 1990 creó una ONG llamada Cejil que representa víctimas ante la Corte Interamericana. Hoy es director de la división de América de Human Rights Watch. Es un hombre inteligente, con un grado en Harvard. Yo lo respeto porque, aunque no comparto muchas de sus ideas, ha sido capaz de rechazar crímenes cometidos por las Farc y el Eln, como el reclutamiento de menores, cosa que nuestras inefables ONG no hacen. Opina que solamente los Estados violan los derechos humanos. En el caso colombiano ha sido obsesivamente enemigo de Uribe y de los militares.

Se acaba de reunir con Roy Barreras, el responsable del proyecto que llaman Marco para la Paz. Ha dicho que ese proyecto, auspiciado por el Gobierno y acogido sin reservas por la mayoría de los sumisos parlamentarios, busca la impunidad de los terroristas de las Farc y también de los militares que hubieren podido cometer crímenes de guerra y de lesa humanidad. A Vivanco, fiel a sus ideas, lo que le preocupa mayormente es que agentes del Estado puedan beneficiarse, a pesar de que el proyecto dice que “la Ley Estatutaria podrá autorizar un tratamiento diferenciado para cada una de las distintas partes que hayan participado en las hostilidades”. El proyecto al hablar de Fuerzas Armadas y terroristas los llama “partes”, como si fueran iguales.

 

Y Barreras se ha apresurado a decir que “las Fuerzas Militares serán arropadas por el Marco de Justicia Transicional, en condiciones diferentes e individuales a las que serán aplicadas para grupos armados ilegales”. El marco sólo se aplicaría a “casos individuales” de miembros de la Fuerza Pública que hayan cometido delitos dentro del conflicto siempre y cuando estos no sean crímenes de guerra o lesa humanidad. Hay que decir que mientras no exista un reconocimiento de beligerancia -que solamente puede hacer el Gobierno-, excepto por las violaciones al artículo 3 común de las Convenciones de Ginebra en Colombia no se cometen crímenes de guerra o de lesa humanidad sino delitos. Y si no se amnistían crímenes de guerra y de lesa humanidad, que son de los que habla el derecho internacional humanitario, ¿qué se amnistía? ¿Robos? ¿Graves violaciones a los derechos humanos, independientes del conflicto? Y si no pueden ser independientes del conflicto ¿en qué quedamos?

 

Luego de la reunión Vivanco-Barreras, este último se comprometió a “mejorar” el proyecto y evitar “que se cuelen en la medida personas (o casos) que no tienen nada que ver con el conflicto como parapolíticos, funcionarios del DAS, responsables de falsos positivos”. ¿Los parapolíticos y los autores de los falsos positivos no tienen nada que ver con el conflicto?

 

Este galimatías y las imprecisiones del proyecto son peligrosísimos en una reforma constitucional.

 

Coda. Aumentaron las importaciones de alimentos, incluido el café. El Ministro de Agricultura tiene que abrir el ojo a ver qué está pasando.