Refrendación en Congreso | El Nuevo Siglo
Sábado, 3 de Diciembre de 2016

La decisión del Presidente de la República de refrendar los nuevos acuerdos en el Congreso para evitar una mayor polarización del país, no cayó bien en algunos sectores de la opinión pública que afirman que esta refrendación debería hacerse por un mecanismo de participación ciudadana como el plebiscito para que sean los colombianos los que tomen la decisión de aprobar o no los nuevos acuerdos.

¿Habría acertado el Presidente Santos con su decisión de implementar los nuevos acuerdos mediante el Congreso? El Congreso es una representación política del país. En éste se encuentra una suma de los diferentes sectores. El Consejo de Estado conceptúa, en respuesta al Ministerio del Interior y su inquietud acerca de la  viabilidad de que el Congreso refrende los acuerdos, que constitucional y legalmente el Congreso está completamente avalado para refrendar los nuevos acuerdos de paz entre las Farc y el  Gobierno.

Tras la refrendación de los acuerdos en el Congreso se pasa a la siguiente etapa, que es la implementación de lo que fue pactado. La implementación es una etapa fundamental y que nos plantea el reto como sociedad de, no solo cumplir con lo pactado, sino de construir  una mejor Colombia en la que la guerra y la violencia sean cosas del pasado.

En caso de que los acuerdos no hubieran sido refrendados por el Congreso, nos habríamos enfrentado a una situación política muy difícil, y el proceso de paz con las Farc habría podido llegar a su final. Sin embargo, los actores que apoyan la paz en el Congreso son  amplios y mayoritarios respecto de los actores que no apoyan el proceso. En este sentido, la refrendación de los acuerdos se vislumbró, desde un comienzo, como segura.

La implementación de los acuerdos requerirá de una batería legislativa para adelantar las reformas y lograr aquello que ha sido pactado. Sin duda, el Congreso tendrá un papel fundamental en este proceso, que no será de un día para otro, sino que tomara años para realizar los cambios institucionales y sociales que se requieren. También, será necesario nuestro compromiso como sociedad para recibir con perdón y ánimo de reconciliación a los guerrilleros que abandonen las armas.

El éxito del proceso de paz con las Farc es una buena señal de que el éxito es posible para el proceso que se busca adelantar con el Eln. Igualmente, es una buena señal para la comunidad internacional que ha sido parte del proceso y que eventualmente podría aportar económicamente y técnicamente en la implementación de los acuerdos.

Después de largos años negociando con la guerrilla de las Farc, el Gobierno colombiano y los colombianos ya empezamos a ver la luz al final del túnel. El trabajo que se ha realizado ha rendido sus frutos, y ahora la posibilidad de una Colombia sin Farc está más cerca que nunca.

@feliperangel81

*Politólogo de la Universidad del Rosario