Estamos ya prácticamente celebrando el Bicentenario de la epopeya libertadora de nuestra amada Colombia, en ese momento Nueva Granada, que culminó con la victoria de granadinos y venezolanos sobre los ejércitos del dominio colonial de España de más de tres siglos (12-10-92 a 07-08-1819) sobre nuestros pueblos. De ese triunfo vinieron, lamentablemente, hechos turbios y luchas fratricidas, pero fue algo iniciado con los más limpios propósitos, con nobles ejemplos de patriotas honestos, no siempre bien agradecidos.
Múltiples los escritos, algunos serios y bien documentados, de los cuales podemos entresacar algunos detalles trascendentales para columnas periodísticas que propicien agradecido y fiel recuerdo. En los años de la década de 1950, tuve para mis alumnos de Historia Patria, cátedra que en ningún momento debería faltar en los centros docentes, el bien logrado texto “Historia Patria Ilustrada”, fruto de esmerado y fidedigno estudio de la Comunidad de los Hermanos de La Salle. He repasado sus páginas, en especial su capítulo XIII “Campaña Libertadora”, y, basado en este escrito, hecho con fervor patrio, propondré algunos hechos salientes, aun trascribiéndolos literalmente.
Claro está que ese Capitulo va precedido por otros 12, con muchísimos detalles históricos: apuntes sobre los nativos de nuestras regiones, de grandes valores; incidentes de la fieras luchas de conquistadores con ellos, al tiempo que labor culturizante de parte de Misioneros de los aborígenes con defensa ante ambición y crueldad de colonizantes; grandes errores y abusos de gobernantes coloniales, pero destacados frutos positivos de lo realizado por algunos honestos españoles e hijos de ellos. No se pueden ocultar grandes obras realizadas en esa época como la Evangelización y Obras Sociales junto con la dirección de nuevos fieles hijos de la Iglesia Católica y empresas memorables como la Expedición Botánica dirigida por el sabio Sacerdote José Celestino Mutis, formador, también, de futuros dirigentes patriotas.
Es preciso recordar, antes, hechos salientes constatados en el mencionado texto, que llevaron a la animación hacia la libertad del Nuevo Mundo de España, como la “Revolución de los Comuneros”, iniciada en 1780, con Capitulaciones (26-05-80), en Zipaquirá, con doloroso final por la traición del Virrey Flórez, al desconocerlas, que en parte enmendó el Arzobispo Antonio Caballero, mediador con rectísima intención, cuando, poco después, fue nombrado Virrey.
Hecho de suma importancia para la animación de la causa libertadora fue la publicación por Antonio Nariño de “Los Derechos del Hombre” (1793), hecho éste, como sus demás servicios a la causa de la libertad, que le mereció persecuciones, destierro y cárcel. Decisivos hechos para encender la causa libertadora, fueron los del 20 de julio de 1810, de los cuales surgió el mando de patriotas, en medio de lamentables pugnas entre ellos que hicieron nominar esos años subsiguientes como de “La Patria Boba”. De recordar la retoma del poder de España sobre la Nueva Granada y Venezuela por fuerte ejército enviado desde la Península al mando de Pablo Morillo, llamado irónicamente de “Pacificador”. (Continuará)
*Obispo Emérito de Garzón
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