Reviviendo fervor patrio (III) | El Nuevo Siglo
Viernes, 26 de Julio de 2019

Regresado Bolívar de las Antillas a Venezuela, llamado por los patriotas, decide su avance a libertar la Nueva Granada con unos primeros batallones, apoyado en el comando por otros líderes, formando el “Ejercito Libertador”. Iniciaron esa marcha, que lo llevaría al triunfo final, el 27 de mayo (1819) en Mantecal. Avanzaban cuatro batallones de Infantería y tres de caballería al mando de 3.900 soldados. Dirigían la infantería parte de los venezolanos Carlos Soublette, José Antonio Anzoátegui, y de la caballería Juan José Rondón. El Coronel inglés, Jaime Rook, comandaba la Legión Británica.

El 4 de junio fue el ingreso de los ejércitos comandados por Bolívar, y atravesando el Arauca, penetró en Casanare. Diez días después acampó en Tame, en donde se reunió con 1.200 hombres que formarían la vanguardia, organizada por Santander. Allí se hizo una pausa para aliviar un poco la suerte del ejército que había emprendido la marcha casi carente de todo. Dice el texto de la Historia Patria Ilustrada, que, al continuar el avance: “los soldados marchaban día y noche con el agua a la cintura, con la frazada cubrían el fusil y las municiones, y dormían a campo raso cuando encontraban un terreno seco.

Fue el 27 de junio cuando la vanguardia del Ejército patriota puso en fuga, en Paya, una guarnición de soldados del Rey que vigilaban el paso de la cordillera en el Páramo de Pisba, que tendrían que atravesar, teniendo el frio como gran enemigo para la mayoría del ejército oriunda del ardiente Llano. A pesar de tan difícil situación, avanzan estos verdaderos héroes hasta llegar a Socha el 6 de julio, en donde fueron recibidos con demostración de júbilo por sus habitantes. Hubo allí pausa de cinco días para tomar Bolívar decisivas medidas y planear estrategias a seguir.

El 11 de julio, el Ejército un tanto restablecido, atacó a los españoles en Gámesa librándose recio combate que duró ocho horas, sin clara definición. Sin perder tiempo, emprende el ataque, al día siguiente, en las peñas de Tópaga, con abandono de los españoles de los Molinos de ese nombre. Bolívar invadió, los valles de Cerinza y Corrales de Bonza.

El 25 de julio (1819) se libró la memorable batalla de el “Pantano de Vargas”, en donde hubo fuerte enfrentamiento con las fuerzas realistas, con un momento en donde todo parecía perdido para los patriotas. Fue entonces cuando Bolívar ordeno a Juan José Rondón, entrar en batalla con su escuadrón de llaneros: “¡Coronel, salve usted la patria!” Rondón cargó con gran bizarría, y, en poco, tiempo, equilibró la lucha, que terminó, finalmente, con la derrota de los españoles.

Con esa decisiva batalla pasó Bolívar con su ejército a la toma de Tunja, que culminó el 4 de agosto por la noche. Con la toma de esa guarnición, los patriotas cortaron la comunicación con Santafé de los realistas, comandados por José María Barreiro, situación definitiva en esa gran contienda, quedando planteado enfrentamiento definitivo de resultado hecho que tuvo lugar en la tarde del 7 de agosto del “Puente de Boyacá”, fue momento en el cual Simón Bolívar, que observaba los movimientos de Barreiro ordeno salirle al paso para cortarle su avance hacia la Capital de la Nueva Granada. (Continuará).                     

*Obispo Emérito de Garzón

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