RICARDO EASTMAN DE LA CUESTA | El Nuevo Siglo
Martes, 6 de Marzo de 2012

El poder de la delincuencia

Con algo de tardanza la OEA centra su atención en el poder de la delincuencia dentro de la democracia latinoamericana. El 1 de marzo convocó a representantes de 30 naciones para discutir la penetración del narcotráfico en el manejo de la cosa pública y en las elecciones. Se suma así a la ONU que denuncia los intolerables niveles de violencia que superan cualquier reacción de los gobiernos afectados.
Procuradores, fiscales y ministros concurrieron a la Primera reunión hemisférica de alto nivel contra la delincuencia organizada transnacional. A la que ya no pudo asistir la fiscal Morales. Advirtieron lo sabido, que la presencia del narcotráfico representa una amenaza para la democracia continental. Que los embates de los últimos meses muestran una expansión, una diversificación de las ambiciones de los narcos. Una actividad que antes era aislada y que hoy forma parte de una estrategia compleja con alcance transnacional.
Esta nueva forma de guerra representa el mayor desafío a los Estados. En Colombia, los narcos participan en las elecciones con candidatos propios, impiden la acción de sus contradictores, pactan con alcaldes y gobernadores, se reparten los contratos, acallan a los detractores y ahora hacen paros armados en descarado enfrentamiento con la institucionalidad.
En México se calcula que durante el gobierno de Felipe Calderón caerán en la guerra Estado-narcotráfico 60.000 personas, muchas de ellas civiles inocentes que mueren por estar en el lugar equivocado. Los mexicanos viven una época dantesca de muerte y terror.
Otto Pérez Molina, presidente de Guatemala, asumió el tema de la despenalización de algunas drogas como otra forma de reducir su implícita criminalidad y de luchar contra el narcotráfico. En América Latina existe buen ambiente para el tema. En Estados Unidos, por el contrario, consideran que la “despenalización” no es la solución. Pero hay que comenzar a mover la idea, la salida para los países que ponen los muertos y ven corromper su sociedad con el flagelo de las drogas ilícitas.
Y traerla a la reunión de la OEA en Cartagena, a la Cumbre de las Américas. Porque algún día tendremos que sacudirnos del imperio y expresar ideas propias, regionales, sustentadas y juiciosas. Y más en un asunto donde ponemos el drama, la sangre y el envilecimiento de los pueblos.

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Brevete. Por la reacción en los medios judiciales, la nulidad de la elección de Viviane Morales estaba cantada. Faltaba un estudiante de Derecho que interpusiera la demanda, y ya. Eso en materia de legalidad, pero no así con la salud de nuestra sociedad. La Fiscal desempeñaba muy bien su encargo, sin miramientos ni innecesarios respetos. La mejor gestión comparada con la de sus antecesores. Por eso la sociedad contempla atónita la caída legalista de una mujer que había decidido aplicar la Ley sin contemplaciones. Reemplazarla no va a ser fácil.