“Farc y ELN firmaron un pacto de ‘sangre’”
El pasado 11 de mayo, tras remembranzas, ensoñaciones y manteles, Timoleón y Gabino firmaron un tratado de asistencia recíproca que tan solo sirve para constatar la sagrada comunión en que viven sus dos organizaciones.
Felices de gozar desde hace tiempo de una alianza estratégica para el posconflicto que les reporta excelentes dividendos estratégicos, las Farc y el Eln se abrazaron, bajo las estrellas de La Habana, para firmar uno de esos pactos de sangre que sólo son posibles cuando dos grupos se perciben a sí mismos como cómplices, hermanos siameses o aliados por obra y gracia de ideologías totalitarias.
En efecto, mientras las Farc dejan de confrontar a la Fuerza Pública, desarrollan metodologías de violencia no evidente y obtienen privilegios de un régimen desahuciado y espurio, el Eln hace la tarea de librar combate, espolear a las comunidades y someter al Establecimiento a un diálogo inútil e indefinido.
Dicho de otro modo, mientras las Farc se consagran a consolidar el cogobierno en el que ya se sienten, el Eln se comporta como el brazo armado que con sus acciones ofensivas estará recordándole permanentemente al Gobierno que si no cumple con el sartal de concesiones acordadas en La Habana, en el campo del terrorismo nada, ni siquiera el Clan del Golfo, podrá hacerle sombra al marxismo-leninismo.
En definitiva, una tenaza estratégica que, con la anuencia del propio Jefe del Estado, se orienta a socavar la democracia y perpetuar, desde el 2018, un régimen del terror so pretexto de preservar los llamados "acuerdos de paz".
De hecho, el comunicado conjunto enfatiza en la consabida "solución política" del conflicto en la que, por supuesto, ambas agrupaciones están empeñadas, siempre bajo la premisa revolucionaria de que los acuerdos no son más que la continuidad de la guerra, solo que por otros medios.
Para decirlo de otro modo, ¿cómo se comportarán estos hermanos siameses durante la campaña presidencial y congresional que se avecinan? ¿A cuáles candidatos avalarán, tácita o expresamente, y a cuáles condenarán, literalmente?
Porque en su visión, no nos digamos mentiras, tarde o temprano los procesos de Quito y de La Habana tendrán que confluir, tanto en lo político como en lo militar, para que el proyecto estalinista cuaje, las libertades se vean completamente diluidas y se instaure la Segunda República; aquella que, míticamente, habrá tenido sus orígenes en Cuba.
Solo que si hace seis años las Farc-Eln supieron entender el momento histórico para someter a la burguesía a una negociación complaciente, ahora no logran comprender que algo muy distinto, que una nueva fase política comenzó a consolidarse en Colombia, justamente después del 2 de Octubre.