Los restaurantes son parte del motor de la economía, millones de personas diariamente en Colombia asisten a ellos, un poco más de 100.000 establecimientos que emplean sobre el millón y medio de personas, hoy encerradas en sus casas a causa de las medidas de gobierno como protección de la pandemia.
Montar, operar y lograr clientela para un negocio no es nada fácil, más aún que uno de los mayores atractivos para ir a un restaurante es disfrutar del ambiente social, compartir, relajarse y divertirse, a más de degustar una buena comida recién preparada. No es lo mismo comer unos crepes, una pasta o pizza, un salmón con verduras calientes o un buen filete humeante, fresquecitos y al instante, a que se lo lleven a la casa en cajas con una o más horas de preparación, para luego ser calentado en el microondas. Con esto no quiero estigmatizar el servicio domiciliario, que ha sido una oportuna alternativa para la gente y una tabla de salvación parcial a los restaurantes.
Pero con la prolongación de la cuarentena muchos restaurantes no van a soportar la situación, debido a que los costos como arrendamientos así obtengan alivios, personal y servicios no se alcanzan a cubrir, lo digo porque con mis hijas tenemos varios locales de comida rápida y a causa de esta situación están totalmente cerrados desde hace más de un mes y vamos para largo. Hace poco iniciamos el servicio de domicilios, pero no las ventas no llegan al 10% de la venta normal, total que la solución es muy parcial.
Grandes cadenas de restaurantes que tienen miles de trabajadores y costos fijos improrrogables están pasando dificultades de liquidez, otros negocios como los corrientazos, bares, discotecas, casinos, sitios de diversión para adultos, también los de juegos de niños, clubes sociales, gimnasios y que decir de aquellos pequeños negocios callejeros de perros calientes, hamburguesas, empanadas, buñuelos, jugos y frutas, etc., de la cual viven del día a día.
Esta situación no cambiará rápidamente, reestablecer la normalidad en esta actividad tomara algún tiempo, muchos negocios quebrarán, otros se reinventarán y la gente los extraña.
Se hace necesario un urgente SOS al sector restaurantero y de diversión.