Terminó la pesadilla en Colombia. Hay vacante en el Ministerio de Defensa tras la salida de Guillermo Botero, quién no logró superar una segunda moción de censura por parte del Congreso. No otra cosa podría haber ocurrido ante la impreparación de una persona impuesta por el “eterno” para ocupar esa cartera.
La “operación 40.0” que se desarrolló el martes en el Senado liderada por Roy Barreras, puso definitivamente al descubierto que Uribe en “conntvbernivn” con Fenalco, no podían disfrazar e imponer a alguien tan inexperto para dirigir la Defensa Nacional.
Guillermo Botero, en su última aparición, quiso involucrar a 40 generales en la política; los llevó al Senado para intimidar a más de 100 parlamentarios con el verde oliva, para salvar su pellejo. Un General cayó por el famoso dosier embustero que Botero le entregó al Presidente Duque para llevar a la ONU. Ni el exministro, ni los otros integrantes de la “operación 40.0” pusieron la cara.
Tal vez esta ha sido la moción de censura más cimentada y fundamentada que el Congreso de Colombia haya adelantado contra funcionario alguno. Los “fracasos” de Botero expuestos por Roy Barreras, fueron irrebatibles, categóricos. Los presentes y los televidentes, se abismaban cada minuto, con la cantidad de desatinos del jefe de los 40.0. Bancadas tradicionalmente solidarias con Botero y el gobierno, cambiaban de opinión en la medida en que avanzaba el debate. Los 55 votos que se requieren para censurar y remover un ministro, se completaron rápidamente.
El titular de Defensa, tuvo todas las garantías para justificar su proceder en el caso del bombardeo que causó la muerte a los niños del Caquetá, de sus versiones sobre “forcejeos” para explicar asesinatos de líderes comunitarios y exguerrilleros, de los nuevos falsos positivos, de las dudosas cifras sobre erradicación de coca y de tantas cosas más… pero sus argumentos cada vez lo desfavorecían, su pólvora estaba mojada.
Este episodio nos lleva a reflexionar si un senador, por importante que sea, puede cogobernar e imponer funcionarios, o si por el contrario, el país debe fortalecer a su Presidente, para que, según su sabiduría, se rodee de quienes saben manejar el Estado con destreza, juicio y madurez. Que le permitan instaurar una agenda de país, con un acuerdo nacional, que garanticen la consolidación e implementación de los acuerdos de paz La Habana.
Lo contrario nos llevaría a permanentes mociones de censura, como la que se avecina con la reforma tributaria 2.0, a la que se quieren colgar las mismas prebendas y canonjías de la ley de financiamiento, que no creó un solo empleo y aumentó la pobreza y la desigualdad.
Aquí, por ahora, ¡vamos a estrenar ministro!
BLANCO: El anunciado plan de desarrollo para los indígenas.
NEGRO: el tráfico de influencias de Peñalosa, para favorecer a la ladrillera Santa Fe.