Tiempos aurelianos | El Nuevo Siglo
Jueves, 12 de Diciembre de 2024

Desgraciadamente cuando uno se somete a las reglas de una democracia se enfrenta como ciudadano básicamente a tres posibilidades. La primera consiste en tener la suerte de caer en manos de una persona decente, un estratega y líder, que sirva de faro y que con inteligencia y estrategia saque adelante los problemas del país y lo posicione internacionalmente, atraiga inversión, genere prosperidad o que por lo menos lo intente y en el peor de los casos deje el país tal cual lo encontró.

La segunda consiste esencialmente en la mala suerte de caer en manos de una manada de resentidos, locos, empobrecedores, destructores de sectores económicos, llenos de miseria en sus almas y corazones, pero sobre todo con daño cerebral. Para estos, el éxito consiste en empobrecer, aislar y decrecer al país y a todos.

Y, la tercera, y Petro es experto, es hacerse al margen de la democracia, precisamente por no estar de acuerdo con nada de lo que ofrece. Y, formar grupos terroristas, guerrilleros, paramilitares y criminales, actuar al margen de la ley, delinquir, pero con el objetivo muy claro de llegar a gobernar algún día, a su manera y bajo sus reglas.

Por desgracia, estamos en la segunda y tercera posibilidades. La tesis del chun y el decrecimiento ha funcionado muy bien en todos los sectores económicos.  De hecho, el medio para llegar a ser presidente fue la tercera posibilidad. Petro odiaba (u odia) la democracia, al Estado, las instituciones, los militares, la salud, el establecimiento, el capital, la inversión, el progreso, en fin. Tan es así que por eso estuvo (o está) en un grupo guerrillero y aún lo extraña muy emotivamente. Carga su bandera guerrillera y terrorista en el avión presidencial y vaya uno a saber qué más…  y ordena extenderla en cuanta visita oficial de Estado se presente, desestimando la bandera colombiana y por encima de Laurita.  Petro únicamente fue visto con la bandera de Colombia el día que, de manera premonitoria, la misma bandera le pegó.

Los resultados del gobierno en empobrecimiento, decrecimiento, parálisis total, corrupción, inversión son brillantes. Y, si no creen que lo confirme el economista más serio que tiene Colombia que, aunque vive de viaje, Alberto J. Bernal, contó que estuvo esta semana en Nueva York en la reunión de inversionistas más importante del mundo y que reúne a todos los inversionistas con algún interés en Latam. Pues Colombia salió del mapa. No la mencionaron ni una vez… No existe.

Sigamos creyendo que:  estamos en buenas manos... la de un exguerrillero… que dejó todo para reintegrarse en la sociedad. Solamente que nuestra capacidad mental e intelectual no logra comprender ni registrar semejante cerebro tan brillante y superior y por eso ninguna de sus brillantes ideas logra calar en el resto de los ciudadanos mentalmente inferiores.

No… Petro jamás ha dejado de ser nada de lo que fue en sus mejores tiempos aurelianos.  Al contrario, se ha afinado en todas y cada una de sus vilezas, pasiones, vicios, propósitos, metas, ideas y perversiones.  

Juanfelipereyes@hotmail.com