Todo será nuevo en el gobierno de Iván Duque y Marta Lucía Ramírez. Partiendo del estilo de gobernar, pues Duque encarna una nueva generación, más descomplicada, menos acartonada y más dinámica. Marta Lucía proviene de una generación anterior pero ha demostrado en su carrera política una admirable coherencia e independencia, lejana del estilo político tradicional, más aun siendo un hito en la historia, la primera mujer vicepresidente de Colombia.
Las propuestas del presidente son nuevas, partiendo de la paz, pues contrario a lo que mucha gente cree, él continuará y respetará el acuerdo con las Farc, pero indudablemente lo va a ajustar a su verdadera dimensión sin premios para los victimarios y abandono a las víctimas.
En materia de economía, Duque impulsará a Colombia a los nuevos mercados internacionales, desarrollará el turismo y fomentará auténticamente el emprendimiento, respetará la libre competencia y fortalecerá el campo como fuente de ingresos y progreso del sector rural. Otro aspecto que tocará con pasión será el fomento a las artes, la música, el folclor y los deportes, pues su espíritu juvenil lo impulsa a desarrollar políticas de apoyo a estos sectores.
Siendo un conservador moderado el nuevo Presidente es hombre creyente, devoto y comprometido con la fe. Un católico practicante pero abierto al respeto y consideración de otras confesiones, de manera que sin escapar a su fe cristiana en el ámbito católico, tendrá una buena relación con otras religiones.
En política internacional, Duque se abrirá al mundo mostrando a Colombia como un destino importante para recibir capitales e inversiones que garanticen su estabilidad y producción, vendrán nuevos empresarios. Mostrará una nueva y original relación con Venezuela y aquellos países de gobiernos populistas antidemocráticos, que marque una diferencia con los anteriores gobiernos. Con Estados Unidos estrechará relaciones políticas, antidrogas, comerciales y diplomáticas. Se extenderá a los nuevos mercados asiáticos y árabes en busca de inversiones y exportación de productos no tradicionales, ejercerá un liderazgo en la región poniendo de relieve la importancia geopolítica de Colombia como país de influencia.
El propósito de unión será la bandera de su gobierno, tolerará a la oposición dentro del marco del respeto y la verdad. Su relación con el Congreso será novedosa, pues como lo anunció en campaña no negociará cuotas burocráticas ni entrega de instituciones, acabando el clientelismo y los cupos indicativos, sin dejar a un lado la inversión regional. Lucha frontal contra la corrupción.
Con las cortes y organismos de control mantendrá la distancia que debe existir entre esas instituciones y el ejecutivo para no interferir en sus decisiones.
Finalmente gobernará con un gabinete joven, técnico pero con sensibilidad política, mitad mujeres bien preparadas y dispuestas a comprometerse en la transformación del nuevo estilo de gobierno que marcará época.
Duque hará todo nuevo y eso está bien, porque era hora de remozar las instituciones y dejar atrás la vieja política desueta que ya cumplió su ciclo.
¡Bienvenido Presidente Duque y su nuevo gobierno!