Se la pasan de viaje con la excusa de que cumplen agendas internacionales importantísimas. Vienen y salen de nuevo. A inicios de octubre la alcaldesa de Bogotá, creyéndose presidente de Colombia, estuvo en Estados Unidos con una agenda que supuestamente buscaba la inversión y cooperación en migración y seguridad en Bogotá.

¿Acaso Bogotá es un Estado independiente de Colombia con autonomía migratoria? Y la seguridad, ¿cada día peor? También bajo la excusa de que son genios consultores solicitados internacionalmente estuvo cumpliendo una agenda académica con la Fundación Bloomberg y la Universidad de Harvard y Columbia, fue a Washington DC en donde sostuvo una serie de reuniones con el Departamento de Estado, Usaid y el Banco Interamericano de Desarrollo para discutir temas de cooperación e inversión.  Después emprendió viaje a Europa para dar ex cátedra sobre el cambio climático y sobre la seguridad dada su “amplia y exitosa” experiencia en ambos temas.

Mientras tanto, en Bogotá, Colombia en dónde existe supuestamente un “caso de éxito” probado local e internacionalmente sobre seguridad y calidad de vida (eso creen afuera) que la catapulta a niveles internacionales, la calidad de vida del bogotano empeora y la seguridad no existe. Pero los premios y reconocimientos son tan lejanos a la realidad y tan inmerecidos que le quitan toda la credibilidad y reputación que pueda tener cualquiera de esos supuestamente importantísimos estamentos internacionales tanto académicos como gubernamentales.

De otra parte, el presidente Duque hace lo suyo, un poco más legitimado para hacerlo, pues el sí puede hablar en nombre de todos los colombianos con la comunidad internacional a diferencia de la impostora López.

Sobra la foto orando por la paz global en el muro de los lamentos. Él no es el presidente de los Estados Unidos. Y sobran las opiniones sobre Irán y Nicaragua, como si nosotros fuéramos Estados Unidos u otra super potencia global. Eso es ridículo. Mucho más cuando tenemos un litigio con Nicaragua, por una porción del territorio que Nicaragua, legitima o ilegítima, ha sabido fundamentar internacionalmente y nosotros no por décadas. 

Ahora, en el contexto del litigio con Nicaragua, nosotros no reconocemos al gobierno de Nicaragua, ¿pero la justicia si la reconoce? Una pregunta que me hubiera gustado hacerle a Juan Daniel Jaramillo, (mentor mío en estas lides “periodísticas”) y el único experto en esa materia y que ahora tendrá que investigar y responder Arrieta.

La esquizofrenia es un trastorno mental grave por el cual las personas interpretan la realidad de manera anormal. Eso le pasa a la alcaldesa viajera. Recibiré todo tipo de insultos por esto que escribo y aclaro porqué ya me lo han dicho:  mis comentarios no tienen razón de ser en el sexo o ideología que profese ella. Nada que ver. Me dan lo mismo. Soy libertario, alternativo, rebelde y tal vez por eso resulto la mayoría de las veces mal juzgado o nadie me entiende. En palabras de Tony Judt soy un completo outsider. Los comentarios son basados en la realidad objetiva y hechos que hablan por sí solos.

juanfelipereyes@hotmail.com