Vólmar Pérez Ortiz | El Nuevo Siglo
Viernes, 11 de Septiembre de 2015

APOYO AL GOBIERNO

Unidad frente a la crisis

Frente  a la crisis con Venezuela se impone la unidad de nuestra dirigencia y  de quienes representan las instituciones; hay que ofrecer el necesario apoyo al Gobierno nacional que debe asumir en esta coyuntura una posición de Estado. 

No podemos admitir que se ultraje la dignidad nacional por el prurito de que hay que evitar que se profundicen las fricciones con el Gobierno de Venezuela. Tampoco se trata de competir en agresiones, ni de someterse a un pugilato verbal, propio de la manera como las autoridades del vecino país manejan esta clase de asuntos. 

Corresponde actuar con firmeza, y creo que el Gobierno lo ha ido logrando por fuerza de las circunstancias. Del mismo modo, se debe adoptar una estrategia unificada por parte de las diferentes entidades llamadas a enfrentar la crisis.

Los organismos competentes no deben actuar de manera separada porque al hacerlo se puede desgastar la utilización del mismo mecanismo.  Denunciar la violación de los derechos de nuestros connacionales en el procedimiento de deportación masiva ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos no terminará en nada, porque el hermano país se retiró -recordemos- de la jurisdicción del Sistema Interamericano.  Pero sí procede una visita in situ de una comisión de su seno. Resultó más eficaz la visita del Presidente con el grupo de embajadores que convocar la reunión de cancilleres.

La visita del Secretario General de la OEA la logró, hay que reconocerlo, el alcalde de Cúcuta, y el cordón humanitario para que los niños puedan venir a Cúcuta a recibir clase, fue gestión del Alcalde de Ureña, quien también busca hacer posible que los trabajadores de Cúcuta que laboran en tal municipio y San Antonio puedan asistir a sus sitios de trabajo. 

Por otra parte, hay sectores de la vida académica del país que no están tan seguros de que una eventual denuncia ante la C.P.I. tenga mucha posibilidad de prosperar. Es preferible evaluar primero su viabilidad para luego anunciar la decisión de hacerlo y no a la inversa. El riesgo que se cierne es que si ninguna de estas acciones llega a prosperar, puede constituir un precedente que nos traerá inconvenientes hacia el futuro.

En el entretanto continúan las deportaciones por los departamentos de Arauca, La Guajira y Vichada. Ojalá la próxima reunión de los presidentes Maduro y Santos pueda neutralizar el desafuero y la paranoia que parece invadir a las autoridades de Venezuela.

Como hay dolor de patria, el Congreso de la República en pleno debería deliberar en la Villa del Rosario con la presencia de los representantes de los poderes públicos para recordar que en ese lugar sagrado se selló la unión de nuestros pueblos en un sola república, la misma que soñara el Libertador para las naciones liberadas por su espada: La Gran Colombia.

La memoria de Bolívar la lesionan en materia grave quienes se ufanan de inspirarse en su pensamiento. Esas disensiones fueron la que malograron su obra y llevaron al sepulcro al más grande hombre de América.