Nunca una ausencia ha tenido tanta presencia como la de Núñez Feijoo durante la moción de censura presentada por VOX. No ha sido una ausencia táctica sino estratégica, de fondo y para que no hubiera duda de ello ahí están sus declaraciones desde Bruselas renovando sus críticas ya conocidas a la iniciativa de Abascal. "Quiero una política de adultos". Desde Génova se intentó que VOX no diera el paso que ha dado, pero es obvio que se obcecaron con una jugada esperpéntica y fuera de lugar y el PP ha tomado postura.
Feijoo ha hablado mostrando sin disimulo su distancia con VOX, que un rato antes había sido explicitado por Isabel Díaz Ayuso en la asamblea de Madrid. Todo parece indicar que las relaciones, las contadas que existen, han quedado, cuando menos congeladas y no es de extrañar, porque ha sido en Madrid donde VOX ha sido cualquier cosa menos leal. Han hecho imposible que el Ayuntamiento saque adelante el plan urbanístico y en la Comunidad ha impedido la aprobación de presupuestos y posteriormente la rebaja de impuestos a quienes desde fuera de España quisieran invertir en Madrid. Todo hubiera sido distinto si Ayuso hubiera cedido en la Ley Trans y así tener presupuestos y si se hubiera sumado a la tesis de Monasterio abogando por proteger primero a los españoles, postura está que tiene mucho de un nacionalismo que ya está fuera de la realidad global en la que vivimos.
Cada uno por su puerta, dijo Ayuso y desde Bruselas Feijoo no solo la apoyo, sino que dijo abiertamente que compartía la posición de la presidenta de Madrid. El PP tiene claro que desde ya mismo debe dar imagen de ganador, que no puede pensar en muletas de apoyo, aunque sepan-lo sabemos todos- que en más de un Ayuntamiento o de Gobierno autonómico el pacto será necesario. Por eso no van a caer en la tentación de afirmar que con VOX nunca jamás, pero al mismo tiempo si tienen muy estudiado que si hay pactos estos no pueden ser a cualquier precio ni de cualquier manera, que hay desmanes que no son presentables y "que no vamos a consentir".
Como todo en política, cualquier decisión tiene sus riesgos y sus incógnitas. Esta beligerancia del PP hacia VOX, que está más que justificada, no se sabe a ciencia cierta cuáles pueden ser los réditos electorales para los populares. Ellos tampoco lo saben, pero de lo que se trata, de momento, es ir fijando territorio como partido mayoritario que lo es de todo lo que está a la derecha del PSOE.
En Génova 13 se están pertrechando para lo que viene. Dan por descontado que se producirá pinza entre el PSOE y VOX y en concreto Núñez Feijoo da por seguros toda clase de ataques, todo tipo de emplazamientos para los que ya está preparado. El silencio será, en gran medida, la respuesta que dé a lo que digan de él.
La campaña ha empezado con ímpetu y nada de lo que se diga o haga se podrá separar de la legítima lucha por el poder. Ya sabemos que el PSOE confía en la suerte de Yolanda Díaz para una eventual repetición de gobierno y el PP, por el contrario, ha optado por volar en solitario y esta apuesta es difícil, muy difícil, tanto de gestionar como de ganar. Feijoo lo sabe.