Ajuíciese con la dieta geriátrica | El Nuevo Siglo
Sábado, 15 de Agosto de 2015

LA VEJEZ es una etapa más del ciclo vital humano que inicia en la fase final del período de madurez en la edad adulta y que se caracteriza por una serie de cambios fisiológicos, psicológicos y socioeconómicos que pueden condicionar el tipo de alimentación que se debe consumir, puesto que repercute en el estado nutricional.

Los geriátricos o los adultos mayores tienen necesidades alimenticias especiales que se deben cumplir, para asegurar la salud y el bienestar. Necesitan menos calorías, ya que su requerimiento de energía disminuye con los años, por lo que es importante conocer qué tipo de alimentos son los ideales para promover nutrientes que mantengan un balance fluido en la salud ósea y que evite pérdida muscular.

Una cantidad de factores afectan la nutrición de los adultos mayores. Por ejemplo: los cambios en la anatomía y la fisiología los lleva a alteraciones del gusto y del olfato, o a la inhabilidad de digerir correctamente y absorber los nutrientes de la comida. La aparición de enfermedades crónicas es otro factor que influencia la dieta, indica el sitio Webdietitian.

Los médicos y los dietistas a menudo recomiendan ciertos planes alimenticios basados en la condición del paciente geriátrico, es decir, lo que le funciona a uno no es tiene el mismo efecto en el otro. Así mismo, otro factor es el estatus socioeconómico que a menudo resulta en adultos mayores incapaces de costear alimentos debido a sus bajos ingresos.

El aislamiento social por la pérdida de miembros de la familia también puede perjudicar las opciones saludables de alimentos. El alcohol y las drogas también pueden afectar la nutrición, ya que puede interferir con la absorción y utilización de los nutrientes.

Nutrientes

 

Los adultos mayores deben consumir insumos adecuados de vitaminas y minerales para evitar enfermedades asociadas con las deficiencias. The American Dietetic Association,ADA, reporta que el calcio y la vitamina D es esencial para evitar la pérdida de la densidad ósea. Las fuentes alimenticias de calcio y vitamina D se pueden incluir en productos lácteos bajos en grasa, cereales y jugos fortificados y vegetales verde oscuro. No obstante, este tipo de vitamina también puede obtenerse a través de la exposición regular al sol.

El B12 es otra de las vitaminas de las que los adultos mayores carecen en sus dietas. Los cereales fortificados, las carnes magras y los mariscos son buena fuente otra obtener esta vitamina. Así mismo, los suplementos multivitamínicos y minerales pueden asegurar que se cumplan estos niveles, pero es importante recordar que no reemplazan una dieta adecuada.

También es importante que consuman suficientes calorías para evitar pérdida muscular y así promover la salud. La ADA, reporta que las necesidades enérgicas varían debido factores como la edad, género y nivel de actividad. Los adultos mayores que son sedentarios típicamente requieren de 1,600 a 2,000 calorías diarias. Las mujeres y hombres con un nivel de actividad moderado o fuerte requieren de 1,800 a 2,800. La mejor manera de determinar las necesidades específicas de energía basadas en el estilo de vida, es consultando a un  nutricionista.

A la hora de elegir, es importante que por lo menos el 55% del total de las calorías vengan de carbohidratos complejos como los granos y cereales enteros y fortificados. Los carbohidratos complejos promueven los niveles saludables de azúcar en la sangre y también mejoran el insumo de vitaminas y minerales. Los adultos geriátricos deben consumir 1 g. de proteína por kilogramo de peso corporal diariamente.

La proteína evita la pérdida muscular y apoya una respuesta inmune saludable. Los frijoles, las nueces, las carnes magras, el pez, los huevos y las aves de corral son una excelente fuente de proteína. Los adultos mayores deben consumir de 20 a 35 por ciento del total de calorías de la grasa. Los alimentos altos en grasa saturada y trans, y el colesterol, aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares. ADA recomienda las grasas poliinsaturadas y monosaturadas, puesto que apoyan la saluda cardíaca.