“TODO MI pensamiento por ti se vuelve canción, tierra de delirio y de dulzura, por ti mi linda llanura, llanero es mi corazón. Por eso digo canta al llano y levanta tu voz al viento, que se escuche tu nombre santo por todo el universo”, dice una de las estrofas de ‘Canta Llano’, canción de Arnulfo Briceño que da nombre al álbum con el que sus hijos le rinden tributo este 2024.
Arnulfo Briceño fue uno de los compositores más importantes del país. Más de trescientas canciones componen su legado musical que incluye boleros, pasillos, música protesta y llanera, siendo esta última la que lo consagró como uno de los más grandes exponentes de la música popular durante la segunda mitad del siglo XX. De hecho, fue el responsable de la música de la película Canaguaro.
Parte de este repertorio se renueva porque sus hijos Emmanuel, ejerciendo como productor musical, y Arnulfo, en el cargo de productor ejecutivo; conmemoran 35 años de la muerte del maestro con Canta Llano, un trabajo que incluye 14 cortes que retratan emotivamente la trayectoria y el legado cultural por medio de diferentes espectros de la música llanera con pinceladas de atemporalidad.
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“Este álbum evoca el amor a una región, a la gente, a la historia, a la gesta de la campaña libertadora que recorrió los Llanos. En este disco es el Llano el que canta y representa la colombianidad y por esto, aunque el género principal es el llanero, cada canción tiene arreglos contemporáneos y cada una está interpretada por artistas que hacen de éste un proyecto musical icónico e inmortal”, dice Emmanuel Briceño.
Arnulfo Briceño Contreras fue compositor, cantante, abogado y pedagogo, que se destacó como uno de los más reconocidos exponentes de la música llanera, a pesar de haber nacido lejos de estas tierras, en Villa Sucre, Norte de Santander. Hijo de un carpintero, el pequeño Arnulfo quedó cautivado por un cantor callejero y desde entonces se inclinó por la música. De los once hijos, doña Isolina Contreras vio la curiosidad de Arnulfo por el canto y lo apoyó. A los 8 años debutó en el colegio en el día de las madres. Luego se presentaba a la radio y ganó notoriedad como el pequeño cantor de Villa Sucre.
Gran legado
Escribió en diversos géneros como pasajes, baladas, boleros, bambucos, pasillos y hasta himnos y música religiosa. Fue catalogado como uno de los primeros compositores de música protesta en el país, en temas como A Quién Engañas, Abuelo, Flor María, Mi pueblo, Amo y Cumbia de amor. También se destacan sus himnos a Bogotá, por sus 450 años, y el himno a Tame, Arauca, La Guajira y Cúcuta, y su famosa Misa para coros en Sol Mayor, interpretada por la Gran Coral Pontificia Juan Pablo II, de 600 integrantes, a propósito de la visita de Juan Pablo II a nuestro país, el 2 de julio de 1986.
La gran pasión y fuente de inspiración de Arnulfo Briceño fueron los llanos orientales, su música, sus paisajes y su cultura, embrujo que le permitió crear sus piezas Hato Canaguay, para la telenovela del mismo nombre; Canta Llano, Evocando al jilguero, Sierra de la Macarena, Llanerita, Sabanalarga y Adiós a mi llano, entre otras. Pero uno de sus más grandes obras fue el premio el Centauro de Oro del Festival de la Canción Colombiana en 1967, con el tema ¡Ay, mi llanura! una canción que nació del amor hacia una tierra que Briceño aún no conocía, excepto por las novelas La vorágine y Doña Bárbara y las canciones del maestro Luis Ariel Rey, como El jilguero del llano.
El maestro Arnulfo Briceño con su cautivante voz de barítono siempre le cantó con todo su corazón, alma y vida a Colombia, a sus paisajes, gentes y entorno social. En el momento cumbre de su carrera, el folclor colombiano perdió a uno de sus más grandes exponentes, en un accidente aéreo el 11 de junio de 1989, cerca de la población de Tame, Arauca, a donde se dirigía para interpretar el himno de esta tierra. Tenía 51 años.
Sueño cumplido
“Canta Llano” es el sueño cumplido de Emmanuel, quien desde la muerte de su padre tuvo la idea de editar un tributo. Su tesis de grado, precisamente, consistió en retomar y arreglar canciones inéditas del maestro, quien se encerraba en su estudio para grabar con su voz y un cuatro.
Tras graduarse como maestro en música con énfasis en producción musical, trabajar como tecladista y director musical de Juanes desde 2002 y ser el coproductor de ‘Vida cotidiana’, álbum de Juanes ganador del Grammy en la categoría mejor álbum latino rock o alternativo; Emmanuel Briceño y su hermano Arnulfo están listos para presentar este trabajo musical que conceptualmente se gestó hace varios años.
“Ha sido un camino muy largo. Yo no quería hacer un disco, yo quería un homenaje. Yo quiero que la gente recuerde quién era mi papá, que recuerde su catálogo y que sus composiciones están a la altura de los grandes que dejaron huella en la historia de la música colombiana. Realmente, no es posible hablar de la música colombiana, de la música llanera sin que el nombre de papá aparezca”, enfatiza Emmanuel.
Producido musicalmente por Emmanuel Briceño, este tributo renueva y refresca el repertorio del compositor, ya que las canciones, unas conocidas y otras inéditas, son interpretadas por reconocidos exponentes de la música llanera como Cholo Valderrama, Walter Silva, Aries Vigoth, Reinaldo Armas y María Rivas, quienes con sus voces transmiten el sentir de cada letra escrita por Arnulfo Briceño.
Sin embargo, Canta Llano cuenta con una gama amplia de géneros y arreglos musicales en torno al pop, la orquesta de cuerdas, los vientos y la música alternativa. Así mismo, el espectro musical se amplía con las voces de Alex Campos, Marta Gómez o Juanes.
El repertorio se complementa con las piezas Sierra de la Macarena, Madre, María, Arauca, Necesito quererte, No siempre vivo cantando, Muchacha soñada, El cazador, Siempre mujer y Amo, interpretada por Juanes, con quien trabaja desde hace 22 años.
Cada artista invitado interpreta un tema de acuerdo con su voz y su estilo y, aunque cada uno la hace suya, ‘Canta Llano’ mantiene vivo el ADN musical de Arnulfo Briceño, quien se esmeró por exaltar musicalmente la riqueza del territorio, a la vez que generaba conciencia sobre la diversidad y las vivencias de Colombia.