Catar, un país de lujo y tradición en el Medio Oriente | El Nuevo Siglo
La sofisticación de la arquitectura y la tradición que atesora una tierra con pasado marinero hace que disfrutar de unos días en Catar sea una aventura y una experiencia inolvidable.
Turismo.org y Visit Catar
Viernes, 11 de Noviembre de 2022
Redacción Cultura

Catar es una pequeña península situada al oeste de Asia, con una población de unos tres millones de habitantes que en su mayoría se concentran en la zona oriental de la península, donde se ubica Doha, la capital del país.

Esta es, precisamente, la zona con más oferta para disfrutar del turismo en Catar. Los grandes rascacielos, las lujosas edificaciones para turistas, las instalaciones deportivas de primer nivel, como el circuito de Losail, y los modernos estadios en los que se celebrará el Mundial de Fútbol, son parte de este equipamiento en el que se llevan a cabo eventos de primer nivel.

Doha, arquitectura y tradición

Los rascacielos y su tradicional zona comercial hacen de Doha un país de contrastes, con una zona rural muy extensa y una ciudad moderna y muy seductora para el turismo.

En Doha se encuentran los centros culturales, los mercados tradicionales, zonas de restauración internacional, un paseo marítimo y muchos más sitios turísticos que convierten a esta ciudad en uno de los destinos más atractivos para disfrutar de unas buenas vacaciones.

Museos, 13 siglos de historia

Museos cataríes hay para todos los gustos. Para quienes buscan descubrir la vitalidad, complejidad y diversidad del arte islámico durante sus 13 siglos de historia, resulta imperdible una visita al Museo Islámico. Cuenta con una tienda de recuerdos de la cual es imposible salir sin comprar algo, especialmente libros, que se consiguen a muy buen precio. La entrada a la colección permanente es gratuita. También está el Museo Nacional de Catar, proyectado por Jean Nouvel, que muestra la simbiosis perfecta entre la arena y el agua. El museo incluye galerías de exposición permanente para las colecciones nacionales, salas de exposiciones temporales, un auditorio con capacidad para 220 personas, una sala de conferencias para 70 personas, un restaurante, dos cafeterías, una tienda, áreas de servicio y almacenamiento de fondos, zona administrativa y laboratorios de conservación.


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Aventuras en el desierto

Si solamente tiene tiempo para ir a un sitio en Catar, ese debe ser el desierto. Las dunas de arena son tan altas como empinadas, por lo que conducir por el desierto hasta el mar es una aventura espectacular. La experiencia de “bashing” o conducción por dunas puede tomarse medio día, un día completo o con noche incluida; en este último caso, puede alojarse en un lujoso campamento árabe o armar una carpa propia, comer comida local y dormir bajo las estrellas.

Zoco Souq Waqif

Tiene más de 250 años y cuenta con un callejón laberíntico con tiendas repletas de telas, especias, dulces, menajes y recuerdos. No solo se encontrará a talladores de madera y sastres trabajando, sino que podrá ver cómo se hace el tradicional accesorio “agal”, usado por los hombres para mantener en su sitio su vestimenta. Eso sí, regatear es la clave para poder llevar los mejores recuerdos a casa. 

Hay una gran cantidad de restaurantes, incluidos establecimientos sirios y libaneses, así como salones de shisha. Se recomienda ir a la mezquita de Souq para una comida árabe a módico precio. Al lado hay un modesto restaurante con bancos cataríes en la calle, para degustar kebabs y pan recién hecho.

Mezquitas 

Hay que abrir espacio en el itinerario para visitar la Gran Mezquita del Estado. El exterior es agradable e intimidante, con la apariencia de una fortaleza impenetrable, mientras que el interior es impresionante. Por la noche, el exterior de la mezquita está iluminado con luces de color púrpura. 

Otra mezquita imperdible es la de Katara, ubicada en el centro del sitio de Katara Cultural Village, que muestra un mosaico de azulejos con toques de rojo y amarillo. Los visitantes quedarán impresionados por los intrincados diseños y el interior igualmente complejo. Acompañando la mezquita hay tres pilares llenos de espinas que alcanzan el cielo. El contraste entre estas estructuras abrumadoras y la belleza de las paredes de mosaico es realmente sorprendente. 

Sus islas

Una excursión a los islotes deshabitados de Al Safliya y Safliye, a los que se llega en una embarcación tradicional o “dhow”, es una experiencia para no perderse. La belleza de sus playas es incomparable y para los amantes de las aves un paraíso ya que, dependiendo de la época del año, pueden observarse aves migratorias que allí recalan.