“Bogotá está cruzada por catacumbas. No todas guardan restos humanos. Algunas existen desde tiempos prehispánicos. Los españoles socavaron muchas más y las llenaron de oro, de trampas y de fe”.
El párrafo hace parte de la sinopsis de “Cassiani”, la novela más reciente de Octavio Escobar Giraldo, en la que lleva al lector a una Bogotá distópica, polarizada entre Bibliotequeros y Conciliares, que apenas se recupera de la devastación provocada por un virus, en una ficción llena de personajes inesperados.
Escobar ha sido merecedor de varios galardones. Su pluma lo ha llevado a ganar el Premio Crónica Negra Colombiana, Premio Internacional de Novela Corta Ciudad de Barbastro y Premio Nacional de Novela del Ministerio de Cultura. También Premio Nacional de Literatura del Ministerio de Cultura y Premio Nacional de Literatura de la Universidad de Antioquia. Es profesor de la Universidad de Caldas.
En conversación con EL NUEVO SIGLO, el escritor manizaleño habló de “Cassiani” y de su trayectoria literaria.
EL NUEVO SIGLO: La novela habla de una Bogotá distópica, polarizada, ¿qué lo llevó a escribir esta historia?
OCTAVIO ESCOBAR GIRALDO: Esta novela surgió durante la pandemia. Tiene que ver un poco con los temores no solo relacionados con la salud, sino también con las circunstancias políticas, con la polarización que no sólo fue en Colombia, sino en muchos otros países. Tiene que ver también con una acción mía de literatura, con una serie de gustos personales que vienen desde la infancia, con el cómic, la cibercultura y con las novelas de aventuras. En ese sentido, fue una escritura muy rigurosa, aunque quería cambiar completamente de registro y trabajar un texto que fuera muchísimo más libre, en el que yo pudiera ejercer más como la capacidad lúdica, de juego que creo que es muy importante en la escritura. La novela habla de la polarización, del virus. Entonces, creo que la literatura debe hablar de los tiempos que se están viviendo. Yo sé que hay otros escritores que prefieren enfocarse en otro tipo de historias o algo que les interese reflejar, pero a mí me parece importante que la literatura sea parte de los debates culturales. De este modo, me pareció muy interesante hacer un ejercicio fantasioso, pero con unos referentes reales y ciudadanos.
ENS: Luego de la investigación que hizo para poder escribir la novela, ¿qué reflexión le dejó esta exploración?
OEG: Poder hacer un ejercicio de escritura mucho más libre, la posibilidad de un tipo de literatura más rápida, más juguetona, un tipo de literatura que tiene relación con el cine, con la narrativa policíaca. A mí siempre me han gustado ese tipo de géneros y me parece además que hay una gran cantidad de lectores, sobre todo lectores jóvenes, que pueden apreciar una novela de las características especiales.
ENS: ¿Por qué tituló la novela “Cassiani” y con qué finalidad se utilizó la portada del libro con una mujer afrodescendiente?
OEG: Decidí que la protagonista iba a ser un habitante de San Basilio de Palenque para darle unas características especiales a la novela y sugerirla como heroína con una personalidad, una indumentaria muy particular. Cuando estábamos discutiendo las posibilidades de título, mencionamos una cosa que decía Umberto Eco y era que los títulos más respetuosos con el lector eran aquellos en donde simplemente se decía el nombre de alguno de los personajes. Lo discutimos con el equipo de Planeta y todos coincidimos que era la imagen que más se asemejaba a la historia. Yo puse la condición de que el rostro fuera con esa estructura de dibujo cómic, con los puntos, porque lo que estábamos buscando era que desde la carátula el lector se esté preguntando: ¿por qué esta foto está manejada así?, que al ingresar a las páginas y comenzar a leer entienda que la novela tiene esa relación con la historieta gráfica, con el mundo pop.
ENS: Usted es médico cirujano, ¿cómo fue ese salto de la medicina a la literatura?
OEG: Fue un salto realmente suave, yo trabajaba de médico y luego empecé a escribir; nunca pensé que la escritura fuera a convertirse en mi profesión, pensé que simplemente iba a ser una afición, pero en la época en la que se estaba terminando medicina y en los primeros años de mi práctica médica comencé a publicar. He ganado varios premios. Cuando llegó la Ley 100 fue terrible, porque para el médico significaba trabajar con muy pocos recursos y con muchísimas limitaciones, entonces yo en ese momento ya tenía una carrera literaria, hice un posgrado en literatura hispanoamericana para poder ser docente universitario y en la actualidad ejerzo esa profesión.
ENS: Entonces, ¿hasta qué punto le ha influido la literatura en su vida?
OEG: Ha sido importantísima. Yo fui un niño con problemas de salud, entonces los libros siempre fueron mi refugio y de ahí en adelante la literatura ha sido mi compañía permanente. Terminó convirtiéndose también en una posibilidad laboral y, por supuesto, mi forma de expresión. Claro, no es la manera en la que yo cuento todo lo que quiero, las cosas que me parecen, que me suceden. La literatura es sustancial en mi vida, yo no puedo concebir mi vida sin la literatura.
ENS: ¿Luego de “Cassiani” qué novela se plantea escribir para el próximo año?
OEG: Es un libro infantil del que no puedo adelantar mucho porque es una sorpresa, solo puedo decir que el título es “Magnum”; debería estar listo para la Feria del Libro de Bogotá del 2024. En este momento se encuentra en proceso de ilustración.
Sus novelas
“El último diario de Tony Flowers” (1995)
“Saide” (1995), traducida a italiano y alemán
“Destinos intermedios” (2010)
“Cielo parcialmente nublado” (2013)
“Después y antes de Dios” (2014), Premio Internacional de Novela Corta. Premio Ciudad de Barbastro y Premio Nacional de Novela del Ministerio de Cultura. Traducida al francés
“Cada oscura tumba” (2022)
“El mapa de Sara” (2016), entre otros.